Grado desafía al agua con una multitudinaria comida en la calle: "Es de lo mejor de las fiestas"

La Hermandad de Santiago y Santa Ana logra reunir en una de sus citas más populares a 2.300 personas pese a la previsión de lluvia

Grado abre boca para Santiago con la comida en la calle

Alicia García-Ovies

Grado ha empezado a abrir boca de cara a las próximas fiestas de Santiago y Santa Ana. La villa moscona tiene ganas de pasarlo bien y lo demostró este sábado una vez más en una comida en la calle que alcanzó los 2.300 inscritos, a pesar de la amenaza de lluvia que hizo a la directiva de la Hermandad temblar hasta el último momento. "Nos llovió en el montaje, de siete de la mañana hasta las once, por suerte después mejoró. No fue la comida soñada, pero a pesar de los augurios con el tiempo se cumplieron los objetivos, llenar los negocios y organizar un día más de fiesta para nuestro pueblo", destacó José Luis Tamargo, "Pitus", presidente de la entidad.

Una fiesta que agradeció la multitud de personas que llenó cada rincón del centro de Grado, desde Manuel Pedregal hasta la plaza de La Panerina. "Lo importante en el día de hoy no es solo disfrutar con los amigos o la familia, es colaborar con la Hermandad y los bares que son los que hacen esta fiesta posible", aseguraron Sara Villanueva y Sara de la Grana. En su grupo llegaron a juntarse hasta una docena de personas, tanto de la villa moscona como de Gijón. "Venimos todos los años y vamos rotando por distintos sitios. Hoy tuvimos dudas hasta el último minuto por la lluvia, pero por suerte aguantó", agradecieron.

Para Nando Fernández y Fino Rodríguez, el trabajo que se hace desde hace varios años por parte de la Hermandad para sacar todas estas citas adelante es más que loable. "Estos chavales son fabulosos. Están llegando a un listón muy difícil de superar", afirmaron mientras disfrutaban de caviar de Rusia que trajo uno de ellos de uno de sus últimos viajes. "Está siendo una comida estupenda", corroboraron sus acompañantes, entre ellos Claudio Fernández, de 94 años.

Quienes no podían faltar a la comida eran los integrantes de la Asociación Cultural Báscula de Ferreiro, que una vez más lo dieron todo para animar el ambiente. Cantaron, bailaron y hasta sortearon un jamón para financiar la carroza que harán para las fiestas. La única pega para su presidente, Rufo Díaz, por poner alguna, fue "que este año la hicieron demasiado pronto, por eso creo que hay menos ambiente". Para el grupo de María Fernández, las fiestas de Santiago y Santa Ana "son sagradas". "Intentamos venir siempre y para la comida en la calle también", dijo. En su caso, la celebración es la ocasión perfecta para juntarse, ya que ninguno reside actualmente en Grado. Eva Collada no tiene dudas: "Para mí es lo mejor de las fiestas". "El ambiente y todo es fenomenal, un diez", confirma Analía López.

Lo cierto es que la comida en la calle se ha consolidado en el calendario desde su primera edición en 2017. "Venimos todos los años y seguiremos haciéndolo" aseguraron los jóvenes Mario Álvarez y Óscar Rodríguez. Porque Grado es hoy una auténtica fiesta que se alargó durante todo el día y que acabó llevando a grupos como el de Arturo Menéndez a hacerse con gorros , collares de colores y todo lo que tuviera que ver con la alegría: "Esto es lo que presta".