Batacazo en las europeas

Las claves del adelanto electoral en Francia: ¿A qué se arriesga Macron? ¿Podría adelantar las presidenciales?

Tras la dura debacle en las europeas, Macron optó por convocar elecciones a 20 días de los Juegos Olímpicos de París

El presidente francés, Emmanuel Macron.

El presidente francés, Emmanuel Macron. / EFE

Leticia Fuentes

"No puedo hacer como si no hubiese ocurrido nada", afirmaba este domingo el presidente francés, Emmanuel Macron, después del batacazo en las elecciones europeas, para minutos después anunciar la que posiblemente fue la única sorpresa de la noche: la disolución de la Asamblea Nacional y convocatoria de elecciones legislativas anticipadas.

Es la sexta vez en la V República que se utiliza esta "arma constitucional", y solo se ha recurrido a ella ocho veces en más de 100 años. Ante la aplastante victoria de la extrema derecha, Macron ha querido detener la maquinaria y tomar un importante riesgo que, si sale bien, será toda una jugada maestra: "O sale con mayoría parlamentaria y refuerza su Gobierno o no le queda otra que cohabitar con la ultraderecha", se escuchaba en la sala de prensa de la sede de Reagrupación Nacional (RN) en la noche electoral.

La popularidad del presidente galo se encuentra en los índices más bajos y estos comicios han supuesto un castigo de los franceses a su Gobierno, que ha batido récords en sacar adelante impopulares leyes a base de 'decretazos'. Por lo que, según los expertos, en las legislativas, la mayoría presidencial difícilmente conseguiría la mayoría parlamentaria. Además, el joven ultraderechista Jordan Bardella, el gran vencedor de las europeas (ha ganado en el 94% de los departamentos franceses) y probablemente el cabeza de lista de RN en los comicios a la Asamblea Nacional, no solo supera en popularidad a Macron sino también en intención de voto.

"En los próximos días indicaré la dirección que creo que es la adecuada para la nación", afirmó Macron.

El resultado ha sido, sin duda, es un duro golpe para el mandatario, que se ha posicionado como un firme defensor de Europa, llevando la batuta del liderazgo en momentos clave como la guerra de Ucrania o la pandemia.

Estos son algunos de los interrogantes que se abren con el adelanto electoral:

¿Voto de castigo o cambio de ciclo político?

Macron tenía dos opciones: sustituir a su delfín, el primer ministro, Gabriel Attal, tras los Juegos Olímpicos, o disolver la Asamblea Nacional para desbloquear el Parlamento y conseguir una mayoría que le permita sacar adelante leyes, como la reforma del paro, el proyecto de ley de la orientación agrícola o la ley del suicidio asistido

El presidente francés ha preferido escoger la opción más arriesgada, dejando en manos de los ciudadanos la decisión sobre si realmente quieren un Gobierno de extrema derecha o simplemente el de este domingo fue un voto de castigo por sus políticas de austeridad y la pérdida de poder adquisitivo de los franceses en los últimos años. 

"Es una irresponsabilidad histórica convocar elecciones en un momento en el que la extrema derecha está tan fuerte. Así, Macron parece que busca reforzar su imagen de única alternativa frente al RN, especialmente en un momento en el que la coalición de izquierda está más desunida que en 2022 y tendría mayor dificultad para llegar a la segunda vuelta en muchas circunscripciones sino se presenta bajo las mismas siglas", explica a El Periódico de Catalunya, del mismo grupo editorial que este diario, Arsenio Cuenca, doctor en Ciencia Política en la EPHE de París.

La disolución de la Asamblea puede acabar modificando la composición del Parlamento y el Gobierno en sí, ya que el grupo mayoritario es el encargado de proponer el primer ministro, y Macron podría verse obligado a cohabitar con un jefe del Gobierno de RN. Si Macron logra mantener su actual frágil mayoría seguirá teniendo que sacar adelante la mayoría de sus propuestas utilizando el artículo 49.3, que permite al Gobierno aprobar leyes sin pasar por la votación parlamentaria.

¿Cuál es el objetivo de Macron?

La principal finalidad de la celebración de elecciones legislativas el próximo 30 de junio, la primera vuelta, y 7 de julio, la segunda, es conseguir diputados del arco republicano para gobernar con mayoría. "Nuestro deseo es buscar una mayoría para poder actuar con fuerza al servicio de los franceses", afirmron fuentes del Palacio del Elíseo al periódico francés 'Le Figaro'.

El calendario es bastante apretado, puesto que en tan solo cinco días las fuerzas políticas deberán reunirse para encontrar pactos, y los diputados decidir si se presentan o no a estos comicios. Todo esto, a tan solo tres semanas de los Juegos Olímpicos de París.

Se trata de una jugada con altas posibilidades de no salir bien. Durante el Gobierno de Charles de Gaulle, la Asamblea se disolvió varias veces; primero en 1962, y luego en el 68. Ambas resultaron positivas para De Gaulle, puesto que contaba con un gran apoyo del pueblo francés, y salió fortalecido de aquel ejercicio, pero no es el caso de Macron.

En 1997, Jacques Chirac también jugó a esta carta y la cosa salió mal, obligándole a cohabitar con la izquierda liderada por Lionel Jospin. Una opción, la de que Bardella sea primer ministro, muchos no contemplan.

¿Cómo parten en los sondeos los diferentes partidos?

El frente republicano francés está más dividido que nunca, por lo que no se presenta a priori como una fuerza capaz de doblegar a la extrema derecha, tal y como nos explica Arsenio Cuenca: "En las pasadas legislativas, muchos votantes de la Nupes --Nueva Unión Popular, Ecológica y Social-- no votaron a los candidatos del macronismo en la segunda vuelta frente a RN, y viceversa. El líder de Los Republicanos, Eric Ciotti, ya ha afirmado que no se aliará con el partido de Gobierno".

Aun así, esta situación de crisis política inédita obliga a la izquierda a buscar la manera de ajustar los engranajes y pone sobre sus hombros la responsabilidad de combatir a la extrema derecha mediante pactos y uniones, ya que de no ser así, Reagrupación Nacional podría salir más fortalecida, allanando su camino hacia las elecciones presidenciales previstas para 2027. "Estamos listos para liderar", dijo Bardella en la noche electoral.

El pasado mes de diciembre, el instituto de sondeos Ifop lanzó una encuesta en la que los candidatos de RN para las elecciones legislativas alcanzaban el 28% de las intenciones de voto, por delante de los candidatos de la izquierda unida --Nupes/Ecólogos/PS/PCF-- (con un 24%), los de la mayoría macronista (19%) y los de Los Republicanos (11%). De ahí que La Francia Insumisa ya estudie compartir el programa de Nupes 2022, para "reagruparse" y unir fuerzas.

¿Qué puede pasar si Macron pierde la mayoría de la Asamblea?

En el caso de que Macron pierda la mayoría en la Asamblea Nacional deberá cohabitar con el grupo más votado, en este caso, y según las encuestas, se trataría de la ultraderecha de Marine Le Pen. Algo que imposibilita aún más sacar adelante importantes leyes sociales que ahora, tras la disolución de la Asamblea, quedan en suspensión.

Aunque según Arsenio Cuenca, la estrategia de Macron va más allá: "Ni en el peor de los escenarios posibles Macron dimitirá, pues tiene que mantener su apariencia de única alternativa realista a la extrema derecha. (...) Si RN gana las legislativas, Macron hará a Jordan Bardella primer ministro y mostrará durante tres años de cohabitación la hipotética incompetencia del RN, su incapacidad de ser un partido de gobierno". Una estrategia a largo plazo, en la que el principal objetivo es dejar que la extrema derecha se inmole y evitar que llegue al Palacio del Elíseo en 2027, cuando Macron ya no pueda volver a presentarse.

Macron ha obtenido en las europeas menos de la mitad de los votos que la extrema derecha, y poco a poco ha visto reducido su apoyo pasando de 22,4% en las anteriores elecciones europeas a un 15,2%. Por lo que no es muy difícil pensar que, tras el crecimiento imparable de la extrema derecha en Francia, en los próximos comicios, el lepenismo vuelva a salir fortalecido. De hecho, para encontrar una victoria similar, con una diferencia entre partidos de este nivel, hay que remontarnos a 1984. Ese año, Simone Veil ganó las elecciones europeas en Francia con un 43% de votos, gracias a una coalición de partidos de centroderecha.

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