Los arqueólogos regresan a Lucus Asturum y sacan a la luz cuatro tumbas medievales

Los expertos buscarán los vestigios romanos que pueden estar bajo los enterramientos

Una vista general de la excavación de esta campaña en el yacimiento de Lucus Asturum. | L. P.

Una vista general de la excavación de esta campaña en el yacimiento de Lucus Asturum. | L. P.

Los arqueólogos ya trabajan sobre el terreno en Lucus Asturum, el yacimiento arqueológico de la época romana ubicado en Lugo de Llanera, en una nueva campaña de excavaciones. Los movimientos de tierras llevan unos días en marcha, con un cambio de escenario: este año no se excavará en la finca de La Castañera, donde en ejercicios anteriores se llevaron a cabo importantes hallazgos. En esta ocasión, el equipo de la arqueóloga Esperanza Martín centra sus esfuerzos en La Rectoral, otra finca cercana, al otro lado del camino, en la que ya se han topado con algunos hallazgos interesantes.

Integrantes del equipo durante la cata de La Rectoral. | L. P.

Integrantes del equipo durante la cata de La Rectoral. | L. P. / Luján Palacios

Los especialistas han descubierto cuatro tumbas, de las que se han extraído esqueletos de la época medieval. Unos restos con los que ya contaban, toda vez que en esta misma finca se habían llevado a cabo otros estudios de la mano del equipo de Carmen Fernández Ochoa, Paloma García y Mar Zarzalejos. "Fue hace décadas y ya conocíamos que esta es una zona de necrópolis, con enterramientos medievales que habrá que ir retirando para saber qué restos romanos quedan debajo", explica Martín.

Uno de los esqueletos medievales hallados en la excavación. | L. P.

Uno de los esqueletos medievales hallados en la excavación. | L. P. / Luján Palacios

Tres antropólogos estadounidenses se encargarán del análisis de los fragmentos óseos que vayan saliendo y que están siendo trasladados al laboratorio que, una vez más, se ha habilitado en Lugo de Llanera para la limpieza, restauración y clasificación de las piezas.

"Además, queremos seguir incidiendo en el estudio geofísico de todo el espacio con el uso de un georradar, pero tendremos que posponer esta operación hasta el final de la campaña porque es requisito fundamental para ello que el terreno esté bien seco", relata Esperanza Martín.

Las catas realizadas hasta ahora han desvelado la presencia de algunas cerámicas de la época romana, que prueban fundamentalmente que, con el paso de los años, se llevó a cabo una reutilización de los materiales. También se siguen encontrando evidencias de expolios de piedra usada por los romanos en sus edificaciones en Llanera y que aparecen ahora en otras estructuras, como muros o cerramientos.

En la finca de La Rectoral se levantaba una iglesia que fue bombardeada y destruida durante la Guerra Civil. "Teníamos noticia de la existencia de enterramientos", cuenta la experta, centrada en poder levantar esta capa de restos perteneciente a la época medieval para analizar qué vestigios romanos se esconden debajo y poder ponerlos en relación con los hallazgos efectuados hasta ahora.

"De momento, hemos dejado en pausa el trabajo de la finca de La Castañera mientras se solventa la declaración de la zona como Bien de Interés Cultural, porque el Ayuntamiento está interesado en musealizar el espacio y consideramos que es mejor avanzar después con esas excavaciones", señala Martín. El expediente ya está incoado, pero falta la declaración efectiva que dará una protección mucho más amplia a esta zona, que se ha consolidado como una auténtica "mina" de tesoros del pasado romano de Asturias.

Solo en la campaña del año pasado, la quinta del equipo de Martín en la zona, se recogieron más de mil piezas arqueológicas. Algunos de los objetos más destacados hallados en la excavación fueron un anillo de bronce con sello, herramientas de madera, cerámicas y una sandalia única en España gracias a su decoración.

El material registrado por los arqueólogos el año pasado salió de dos zonas del yacimiento romano, con un arco temporal que se extiende desde el siglo I al IV. Se trata de dos de las habitaciones de la vivienda de La Castañera y el pozo. En el área habitacional se hallaron jarras, vasijas de almacenaje, vajillas de vidrio, restos de metales, monedas y cerámica "terra sigillata", considerada de lujo y con un color rojo característico.

Pero fue el pozo el auténtico filón arqueológico de la pasada campaña. Gracias a que estaba colmatado desde época romana permaneció intacto. Al hallarse en condición de anoxia, sin oxígeno, los arqueólogos pudieron recuperar, aproximadamente, dos metros de estratigrafía con restos orgánicos conservados.

Casi todo el material se ha considerado en este caso "vasa potoria", menaje para beber o sacar agua del manantial como vasos, un caldero y jarras engobadas, con un barniz interior para que cuando los romanos bebiesen el agua no tuviera sabor a barro. También se halló un acetre y una vasija para sacar agua de los pozos de pequeño tamaño de la que se ha hecho una reproducción en tres dimensiones.

La campaña de este año promete sacar a la luz nuevos tesoros arqueológicos, si bien las primeras labores deberán superar la capa correspondiente al Medievo para conocer con exactitud los restos que se conservan bajo la finca. Con probabilidad estarán en relación directa con lo hallado hasta ahora, una colección de restos que han colocado a Llanera y su yacimiento en primera línea de la arqueología regional, y todo un atractivo de futuro para el municipio.