Gondán bota el quinto ferry para Portugal y espera entregar los tres últimos en verano de 2025

El abastecimiento de las baterías eléctricas es el principal problema del astillero: "Nos las traen una a una desde Noruega"

El quinto buque, tras la botadura en el muelle sur de Castropol.

El quinto buque, tras la botadura en el muelle sur de Castropol. / R. T. C.

La división de fibra de Gondán, que se ubica en el muelle sur de Castropol, acaba de echar al agua el quinto de los diez ferries eléctricos que construye para Portugal. Esta flota totalmente eléctrica y pionera a nivel mundial estará lista en verano de 2025, cuando está previsto que se entreguen las tres últimas embarcaciones. Es la hoja de ruta con la que trabaja la firma castropolense, que acaba de transportar a Lisboa el segundo y tercer barco.

El responsable de la división de fibra de Gondán, Antonio Pacheco, muestra su satisfacción por la buena marcha de este contrato con Transtejo Soflusa, la entidad que se ocupa de prestar el servicio público de transporte fluvial por el río Tajo en Portugal. Admite que los problemas de abastecimiento de algunos materiales les han obligado a retrasarse unos meses respecto a las previsiones iniciales. No en vano, cuando se cerró el pedido, en marzo de 2021, se estableció que los dos últimos ferries llegarían a Portugal este año.

El principal escollo para cumplir plazos está siendo la dificultad para que las baterías lleguen a tiempo a Castropol. "En el tema de las baterías no tenemos nada garantizado, nos las traen una a una. Es un producto muy específico con unas certificaciones muy estrictas, no hablamos de cualquier batería", explica Pacheco para dar cuenta de la singularidad de este material, que importan de Noruega pero que se fabrica con materia prima de diferentes puntos del mundo como China o India. De ahí la dificultad para cumplir estrictamente los plazos fijados inicialmente.

Con todo, Pacheco está contento con el ritmo de trabajo. Acaban de botar el quinto barco y esperan recibir las baterías en cuestión de días para proceder a su instalación. Además, están probando el cuarto ferry, que está amarrado en el muelle sur de Castropol, en aguas de la ría del Eo. El pedido portugués, con un coste de 52,4 millones de euros, supone un reto para Gondán. Primero, por las dimensiones de los barcos (los más grandes y pesados hechos en la delegación de fibra) y, segundo, por ser una flota totalmente eléctrica, pionera a nivel mundial.