En el corazón de la planta de Reny Picot: "Aluciné; aquí se hacen muchas cosas que compro en el supermercado"

No todos los días se puede visitar una fábrica puntera en su sector y por eso ayer 44 alumnos de tercero de Educación Secundaria Obligatoria del instituto Elisa y Luis Villamil de Vegadeo estuvieron atentos a las explicaciones que recibieron en la fábrica de Industrias Lácteas Asturianas-Reny Picot. Tuvieron «la suerte y el privilegio», según los tutores que acompañaron a los estudiantes, de conocer el corazón de unas instalaciones que tiene su origen en 1960 gracias al proyecto Foro Comunicación y Escuela. «Es increíble de aquello que fue se convirtiera en esto», analizó acertadamente la alumna Abril Maseda. 

Los estudiantes, de entre 14 y 15 años, sabían bien a qué se enfrentaban. La visita programada a las cuatro de la tarde duraría más de una hora y serviría para poner escenario a lo un día antes explicó en una charla el consejero delegado de la firma e hijo del fundador, Juan Rodríguez Coloma. Empezó la visita en la zona de pesado, donde llegan los camiones cargados con leche, y terminó en una sala donde los estudiantes intercambiaron impresiones de una visita «para el recuerdo». «Aluciné; aquí se hacen muchas cosas que compro en el supermercado», apuntó risueña Leyre Lombardía. Otros compañeros se quedaron con la particularidad de alguna máquina, como la batidora que hace nata a razón de 2.800 kilos por hora. «Es peculiar», apuntó Edgar Veiguela tras subirse a unos escolares y ver, desde una escotilla, el montante de mantequilla en el interior de la máquina. 

Los estudiantes hicieron un recorrido menor del previsto inicialmente, cuando se diseñó la actividad, por el incendio del pasado domingo 26 de mayo, que dejó inutilizada una de las zonas de trabajo. En todo caso, comprobaron cómo se descarga, cómo se hacen, por ejemplo, los quesitos y la nata y cómo funciona la planta de envasado. 

A la fábrica llega un millón de litros diarios de leche aproximadamente y se pueden descargar 300.000 litros en una hora, contó el director de la fábrica, Javier Suárez. A modo de anécdota, explicó a los alumnos que los camiones se pesan no solo antes de entrar, también antes de salir con el fin de reducir los errores. Suárez se detuvo en el recorrido en la fabricación de la mantequilla y enseñó el grupo de alumnos la maquinaria que permite hacer 24.000 toneladas de mantequilla al año. Pudieron los alumnos experimentar en modo más sensorial: cómo huele la mantequilla al cocinarse de forma industrial y el ruido y calor de las máquinas. Muchos se detuvieron en las líneas por las que pasa la leche envasada: hay tres que procesan 12.000 litros por hora cada una en los envases de un litro; y otras tres con capacidad para 4.800 litros por hora  en envases de 10 litros. «Me sorprendió mucho el proceso; cómo se hace todo desde que llega la leche hasta que se envasa el producto», apuntó el alumno Álvaro Pérez. Naiara García también destacó lo «interesante» que resulta la visita «porque ves las máquinas funcionando». Claudia López, Sara Argüelles y Ainara Rico probaron la base de un famoso helado que compra a ILAS una conocida marca comercial. 

Los alumnos comprobaron además cómo hay máquinas de pesaje precisas que comparten espacio con otras en la que una persona se encarga de comprobar que en el envase hay, por ejemplo, 5 kilos de mantequilla. 

Javier Suárez también explicó en la planta de ILAS de Anleo es la única de España que fabrica lactosa y proteína de leche y que en producción de alimentos infantiles también son punteros porque son la única firma que venden a terceros. Los estudiantes se sorprendieron con este dato y también con otros: se hacen más de 300 fórmulas disientas de leche infantil y 94 de mantequillas. En la planta trabajan a turnos 637 trabajadores y es puntera en España por su diversificación. 

La profesora de Economía, Ana Ruiz, señaló que la visita es muy interesantes para la materia. «Pueden ver cómo llega la materia prima, cómo se transforma y cómo se vende a terceros», apuntó. «La práctica y la aplicación en el lugar mejora mucha el aprendizaje y lo hace duradero», añadió. La visita terminó con una foto de familia en los cuidados jardines de la planta, cerca de los seis silos de almacenamiento de leche.