Cerredo se arma contra los franceses: la localidad de Degaña revive el día que fue capital de Asturias

Destacamentos de las tropas francesas entraron en Cerredo (Degaña) el 6 de mayo de 1810 buscando a los diputados de la Junta Superior de Asturias, que huían por el Suroccidente después de que las tropas napoleónicas tomasen Oviedo. La ayuda de los vecinos de esta comarca fue clave para la supervivencia de los representantes de la Junta, dieron su vida enfrentándose al ejército invasor y crearon un sistema de alarma para avisar de los movimientos de los soldados y permitir así que los diputados pudieran continuar su huida. Cerredo volvió este domingo a ese momento de la Guerra de la Independencia, cuando, durante un glorioso día, fue la capital de Asturias.

A mediodía, el ejército francés llegó a la zona alta del pueblo y encontró la primera resistencia de los vecinos en la iglesia parroquial de Santa María, con el párroco al frente de la multitud. Después de una corta escaramuza, los soldados consiguieron avanzar unos metros. Contaban con armas de fuego frente a los aperos de labranza y tirachinas que blandían los lugareños. Pero la poca dotación en defensa que tenían los ciudadanos no les impidió plantar cara al enemigo con gritos de "no pasarán", "a por los franceses" o "el pueblo unido jamás será vencido".

Hombres, mujeres y niños dieron vida ayer a sus antepasados guerrilleros con pasión e hicieron frente a los soldados como si de verdad la libertad de su pueblo y de España estuviese en juego. Especial papel representó para conseguir ese ambiente Félix Ramos, que con tan solo siete años consiguió arengar a los participantes para luchar contra el ejército y no dudó en ponerse al frente del grupo vecinal y plantar cara a los soldados de "la Grande Armée".

Los encontronazos entre los vecinos y las milicias y los disparos se sucedieron en el recorrido por las calles del centro de la localidad hasta llegar a la plaza donde tuvo lugar el combate final, en el que los soldados, aportados por la Asociación de Recreación Histórico Cultural de Asturias (ARHCA), la Asociación de Tiradores del Bierzo y la Asociación Histórico Cultural Voluntarios de León, no escatimaron en pólvora. En ese punto, también aparecieron en escena los diputados, que lograron salir ilesos bajo la protección de los de Cerredo.

Esta es la octava edición de la recreación denominada "Francesada" que se celebra cada dos años y para los vecinos es un motivo de orgullo poder revivir ese momento de su historia en el que el pueblo de Cerredo tuvo un importante papel para la defensa de Asturias. "Hace unos años no sabíamos nada de este episodio de la historia, lo investigó nuestro vecino Pedro Villanueva y nos sentimos orgullosos de ese pasado, tanto que la gente nos anima a que lo sigamos recordando", explica Josefina Álvarez, presidenta de la asociación cultural "Entremís", entidad organizadora de la recreación.

El politólogo Pedro J. Villanueva, también miembro de "Entremís", asegura que para Cerredo conocer este episodio de su historia es "un antes y un después, aquí solo se hablaba de la mina y de repente nos enteramos de que vinieron los franceses y recrearlo es una forma de que nuestros pequeños se queden con ello, que no nos pase como antes que desconocíamos parte de nuestra historia".

Mari Luz Fernández, que participa siempre que puede en la recreación, explica que "es un día para disfrutar, pasarlo bien y animar a la gente que nos conozca, porque esto es el paraíso".

Este año, la representación se enmarcó dentro de la celebración de la primera edición del Zarréu Fest, organizado por la asociación juvenil Asamblea Moza d’Asturias, asociaciones locales, comerciantes y docentes del colegio público de Cerredo. La propuesta ofreció a lo largo del fin de semana diferentes actividades culturales para todos los públicos: conciertos, actividades infantiles, cine y como cierre la celebración de la "Francesada".