El vecino de Cudillero falleció pidiendo auxilio desde un balcón: "La casa ardió como fardo de hierba seca"

"Pidió socorro durante mucho tiempo", cuenta la familia del muerto, que denuncia falta de medios en la extinción, algo rechazado desde los servicios de emergencia

La autoescalera de los bomberos sufrió una avería electrónica por la sobreexposición al calor durante los intentos de llegar a la víctima, en los que un bombero resultó herido

Un vecino fallecido y un bombero herido en Cudillero tras incendiarse una casa

Ana M. Serrano

Ana M. Serrano

Ana M. Serrano

Miguel Suárez Díaz, de 89 años, falleció pidiendo auxilio desde un balcón de su casa de Villademar, en Cudillero. Fue la propia víctima quien, pasadas las cinco de la madrugada, hizo la primera llamada a uno de sus hijos, que se encontraba en Navia. "Sale humo de la planta baja", advirtió. También llamó a Emergencias de Asturias (112). En ese momento, el hombre decidió esperar a que llegase ayuda en la primera planta y, en concreto, en uno los balcones de la vivienda.

Según pudo saber este diario, su hijo le dijo en un primer momento que se encontraba "tranquilo porque ya estaban de camino los Bomberos". Sin embargo, el fuego fue muy virulento y los equipos desplazados al lugar -primero efectivos del parque de bomberos de Pravia, más tarde de Avilés y después también de Luarca- no pudieron rescatar con vida a Miguel Suárez Díaz. Asimismo, uno de los bomberos tuvo que ser trasladado al hospital San Agustín de Avilés, donde permanece ingresado y pendiente de pruebas médicas, aunque fuera de peligro, por los efectos de la inhalación de humo.

"La casa ardió como un fardo de hierba seca", indicó uno de los testigos y vecinos, Matías Pérez, quien destacó la virulencia del fuego y el material que predominaba en el interior de la casa: madera. La Guardia Civil investiga el origen del incendio. De momento, no se descartan hipótesis, si bien se plantea un probable cortocircuito. Sí se sabe que el hombre dio la voz de alarma por presencia de humo en la planta baja de la vivienda y que, en tres horas y media, de la casa solo quedaba su estructura principal.

El Centro de Coordinación de Emergencias del 112 Asturias recibió el aviso a las 05.30 horas y movilizó a efectivos de los parques de Pravia, Avilés y Valdés y al jefe de zona centro-oeste. Los primeros equipos en llegar por proximidad, los de Pravia, no cuentan con autoescalera, algo que aportó el equipo de Avilés a su llegada. La familia de Miguel Suárez denuncia que la primera escalera utilizada no era apropiada y la autoescalera que se empleó después estaba averiada. Pero, según relatan desde el Servicio de Emergencia del Principado de Asturias (SEPA), las dotaciones de primera salida, las de Pravia, fueron, por cercanía, las primeras en intervenir. Estas no cuentan con autoescalera, pero sí con una escalera de mano, con la que intentaron llegar al hombre atrapado. Sin embargo, se percataron de que con la escalera de mano no se podía extraer al vecino que pedía auxilio dadas sus condiciones de movilidad reducida, explican.

La operación de extracción se retomó, según informa el SEPA, con la autoescalera del vehículo proveniente de Avilés. "Cuando llegó y trataron de acceder a él, alcanzaron el balcón, pero la sobreexposición al calor de la cesta de la escalera hizo que los componentes electrónicos, los mandos con los que se maneja, quedasen dañados; finalmente se pudo trabajar con los sistemas auxiliares, pero cuando llegaron al lugar, por la situación de la víctima no fue posible sacarla de ahí y ya no mostraba signos de vida", explicaron.

En todo caso, los familiares hablan de falta de recursos más allá de las escaleras. "El agua no tenía suficiente presión y además era insuficiente para el incendio y faltaban equipos de respiración", denunció un familiar del fallecido. "No concebimos que un hombre que lleva pidieron auxilio desde un balcón durante tanto tiempo no se salve", añadió. Desde el SEPA garantizan que no hubo ningún problema de suministro de agua para la extinción y que sí había plena disponibilidad de equipos de respiración y botellas de aire comprimido: "En ningún momento nos quedamos sin agua ni presión, había dos bombas funcionando con normalidad y había suficientes equipos de respiración".

Horas de trabajos de extinción

Las labores de los bomberos se extendieron durante varias horas y, pasadas las 9 horas de la mañana, se retiraron algunos equipos, permaneciendo en la zona un retén para labores de vigilancia y enfriamiento. El suceso causó una honda preocupación en Villademar y alrededores. La casa se encuentra muy cerca del barrio más alto de la capital de concejo y rodeada de otras viviendas.

Al lugar del incendio se desplazaron, a primera hora de la mañana, numerosos vecinos, absortos con la estampa que dejaron el fuego y el humo. "Era un gran paisano, solía estar en el balcón o sentado en la escalera (principal) de la vivienda", contó uno de los allegados a la familia. Precisamente los vecinos lamentaron no poder ayudar al fallecido. En Cudillero, el servicio de alumbrado público cuenta con una escalera de cinco metros. Insuficiente para el rescate. Jaime López, que guarda este equipo en su casa de Villademar, lamentó no poder prestar más ayuda.

Abogado en Madrid

Miguel Suárez Díaz desarrolló su vida profesional en Madrid, donde ejerció de abogado. Vivía en Cudillero desde hacía ocho años. Viudo y con dos hijos, decidió asentarse en la villa pixueta, de la que era oriunda su difunda mujer, hija del empresario Pedro Herrero, hijo, a su vez, de la persona que da nombre a la casa: Casa Leonides, que además goza de protección al estar incluida en el listado de Patrimonio.

La Guardia Civil y la Policía Local cortaron el acceso de vehículos durante varias horas e impidieron incluso el paso de peatones. La propiedad permanece acordonada y la Benemérita ha abierto una investigación para conocer el origen del fuego. El cadáver de Miguel Suárez Díaz fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Oviedo.

Suscríbete para seguir leyendo