Así fue la compleja rehabilitación del Faro de Cudillero y su "increíble" resultado

Los responsables del equipamiento hotelero se muestran satisfechos con el desarrollo de la obra y alaban el trabajo de las empresas asturianas que lo hicieron posible

Descubre la "increíble" restauración del faro de Cudillero, transformado en hotel.

T. Cascudo

El Faro de Cudillero cumplirá el próximo 1 de agosto 166 años de actividad, pero, pese a su centenaria historia, está más joven que nunca y acaba de abrir sus puertas al público convertido en hotel. La inauguración formal fue ayer y los primeros turistas serán unos suizos, que se alojarán en el hotel el 27 de julio. «Estamos muy satisfechos, las empresas que han participado en la rehabilitación han hecho un gran trabajo», señalan Marc Nagel y Tim Wittenbecher, los socios de la empresa Floatel que gestiona el establecimiento hotelero.

Durante el acto inaugural no pararon de recibir felicitaciones de los invitados, la mayoría personas involucradas en el desarrollo del proyecto. Hoy, domingo, de cuatro a siete y media habrá una jornada de puertas abiertas para el público en general. Los asistentes podrán realizar un circuito guiado gratuito a la antigua casa del farero, convertida en dos lujosos apartamentos. Así lo confirma la arquitecta de Floatel, la madrileña Olimpia Isla, encantada con el reto de transformar este faro ubicado en la punta Roballera y que es uno de los más antiguos del país.

Isla lleva diez años en la compañía, que con Cudillero lleva siete faros rehabilitados. El cudillerense, uno de los más antiguos del país, es el segundo que rehabilitan en España. Además, tienen en marcha los trámites para transformar también en equipamiento hotelero el faro de Ribadesella.

«La gente lo ve ahora y no se imagina con lo que empezamos. Nos encontramos con cosas muy mal, ya que este faro llevaba muchos años deshabitado», señala Isla. Su objetivo era preservar la historia de este icónico lugar y, por eso, se rescató el techo de madera, las puertas de madera con contraventanas pintadas de un tradicional azul marinero y se mantuvieron los azulejos de la fachada. En este sentido, Isla subraya la "lucha" que emprendió para lograr revestir la fachada de un azulejo casi igual al original, que se instaló en el faro en 1918.

"En esta obra ha habido muchas cosas complejas, como dotar al faro de abastecimiento de agua o saneamiento. El proyecto nos ha costado ocho años de tramitación y uno de obras y el resultado es un orgullo", añade la arquitecta, al tiempo que aplaude la labor de las principales empresas participantes en el proyecto: las asturianas Obras y Construcciones Cotano, Carpintería Covipesa y Jarditania. Muchos de los trabajadores asistieron al acto y dieron cuenta del reto de una obra compleja por su ubicación.

«Hubo mucha faena, pero quedó increíble. Fue nuestro primer trabajo en un faro y esperamos que no sea el último», señaló el encargado de la obra, Pablo Orviz, de Cotano. En términos similares se expresó el encargado de Covipesa, Borja Álvarez: "Está todo muy bonito, pero fue una obra muy complicada. El resultado final es una pasada". A su lado, el empleado Javier Fernández aplaude el trabajo: "Nunca había trabajado en un faro y a este nivel. Es espectacular"

Los trabajadores, acompañados de sus familias, disfrutaron contemplando el resultado final de un equipamiento que presume de detalles singulares como un baño japonés, al que han bautizado baño asturiano y que pretende emular un barril de sidra. "Está hecho en España y es una pasada", apunta Isla, que no dejó de recibir aplausos por el trabajo realizado.

Por su parte, el presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés, Santiago Rodríguez, también se mostró satisfecho por el nuevo uso de un faro que seguirá manteniendo la señal lumínica y cumpliendo su papel en la costa asturiana: «Creemos que va a ser una actividad muy satisfactoria para todos; inaugura en Asturias el turismo de faros».