La reina de San Jorge

Mi paisaje y paisanaje de Nueva, en el concejo de Llanes

Antonio Trevín

Antonio Trevín

Pin de Pría, uno de los grandes poetas llaniscos y asturianos, describió así, a Nueva:

"L’Ayalga de Socampu, la Perla del Ereba,

la reina de San Jorge, na tierra y ena mar"

Es una definición, precisa geográficamente y luminosa poéticamente, de la capital del Valle de San Jorge. En él se inició mi trayectoria docente en Llanes. El curso 1979-1980 fui maestro en Hontoria. Con cuarenta niños y niñas entre cinco y quince años. Aprendí tanto, al menos, como traté de enseñar. En la Normal de Oviedo no nos entregaron ningún manual de instrucciones para afrontar tal reto.

A Nueva iba varias veces a la semana. A por el "suministro" y al Café Astur, de Pepina, una profesional excelente cuyo recuerdo aún perdura.

En aquel curso escolar conocí a Ángel Rodríguez Rosete, el Churro. Los Pactos de la Moncloa trajeron un nuevo colegio de EGB a Posada de Llanes y las autoridades educativas programaron concentrar, en él, gran parte del alumnado del Valle de San Jorge. La oposición a ello prendió rápidamente y Ángel fue uno de sus activistas. Después, nos unió la política.

Concejal socialista en la primera legislatura democrática se distinguió por ser un luchador aguerrido. Consiguió, con otros aguerridos vecinos y vecinas, que se reconstruyera el Puente del Henar para recuperar un paso público. Antes penó Rosete su militancia socialista en Celanova, después de nuestra guerra incivil. Y salvó su vida gracias a un capellán que puso su nombre a un joven, de edad semejante a la suya, fallecido en el penal gallego por causas naturales. El precio que tuvo que pagar fue el de morir realmente, durante varios años, para toda su familia, amigos y vecinos. Cuando pudo regresar, era para todos un milagro renacido. Tuvo que reconstruir, por completo, su vida familiar, laboral y social, pero nunca se doblegó. Era de Triana y del Cristo y eso marca impronta.

En la Blanca tengo también amigos y conocidos. Entre ellos los de la Catedral, José Ramón, mi dentista y sin embargo amigo, al que vi bailar la vibrante danza de San Juan elegante y orgullosamente. Gracias a él y a su hermana Chache conservo razonablemente mi dentadura. Del tercer hermano, Fito, admiré su habilidad en el regate y su velocidad como extremo del Club deportivo San Jorge, el equipo local. Solo una grave lesión impidió que acabara jugando en el Sporting de Gijón.

Es muy recomendable acudir, los sábados, al mercado de Nueva. Conserva el atractivo de lo local y próximo. Además de curiosear puestos y comercios, trasegar en sus bares y cafeterías, sugiero visitar a Marujina, empedernida viajera universal y dueña del estanco local. Su establecimiento se ha labrado una fama bien merecida. Los fumadores de habanos, de varios kilómetros a la redonda, tienen en ella una referencia indiscutible. El propio Alfredo Pérez Rubalcaba la visitó, cada verano que pasó en Llanes, para hacerse con Edmundos de Montecristo y propiciar una agradable tertulia.

En Septiembre de 1983 conocí a Elvira Garcia Amieva, como consecuencia de las inundaciones que asolaron el concejo de Llanes y a otros de Asturias, Cantabria y País Vasco. Regentaba el bar San Jorge, en el que se comía bien y se hospedaba a quien lo precisara. Alimentó y alojó a trabajadores empleados en la restauración de los daños de aquella lluvia catastrófica. Desde el primer día. Sin saber si iba a poder cobrar por ello.

Viri, para sus vecinos y amigos, fue, después de emigrar a Suiza, Francia y Alemania, una emprendedora admirable. Llegó a Nueva en 1962 procedente del llanisco valle de Caldueño (donde nació también Manuel Concha Puertas, a quien erróneamente hice natural de San Roque en un artículo anterior). Con su marido abrió un bar con una pequeña pensión encima.

La demanda fue en aumento y amplió habitaciones hasta donde el espacio físico le posibilitó. Cuando no dio más de sí, amplió horizontes y abrió un hotel, ya viuda, en 1999, al que también llamó San Jorge. La demanda turística en Llanes empezaba a crecer y diversificarse y Elvira empezó a diferenciar su oferta. Su nuevo proyecto fue de apartamentos turísticos, en 2004, el tercer negocio con el mismo nombre. Fue para mí, por ello, otra reina de San Jorge.

Nueva es el tercer núcleo de población del concejo de Llanes. Tiene un innegable potencial turístico que, cuidando la calidad de los nuevos alojamientos, le posibilitará seguir creciendo sosteniblemente. El mejor ejemplo de ello es el Hotel Las Indianas, recientemente inaugurado. Además de restaurar uno de los edificios emblemáticos de la localidad, sus propietarios han logrado una propuesta cinco estrellas en habitaciones y servicios. Son la familia de Viri, su hija, yerno y nietos. La saga continúa brillantemente.

La localidad me recuerda también a Dolores Álvarez, compañera y primera mujer alcaldesa de Llanes, fallecida este mismo año. Tenía empeño especial en acondicionar una senda entre Nueva y la playa de Cuevas del Mar. Llegó incluso a configurar su recorrido y determinar su parcelario. En él trabajó a conciencia Pepe Juanes que aunque es de Piñeres, y a ello nunca renunciará, pasa más tiempo en la capital de San Jorge que en su propio pueblo. Seguramente porque en ella se encuentra siempre más "alegre que unas pascuas, rodeado de parientes, amigos, conocidos y saludados", como escribió mi admirado Joaquín Luna.

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