"Palabramiento" autonómico

Francisco García

Francisco García

Sostiene Cofiño, en opinión que cuadra con su reciente dignidad institucional, que los partidos asturianos tienen que encontrar canales de diálogo y buscar consensos. Como declaración de aquél a quien corresponde arbitrar en adelante el juego político sobre el tablero parlamentario resulta muy aseada, aunque parece que las formaciones con escaño en el Parlamento no están por la labor de sentar la cabeza donde de continuo tienen puesto el culo, y así es imposible poner los cimientos de ese pacto general por Asturias que distintos sectores de la sociedad civil reclaman con vehemencia.

Cuando Cofiño habla de consensos, ¿a quién apela? ¿A su jefe de filas, que tiene sobre la mesa desde hace semanas, sin contestar, la propuesta de Diego Canga de un gran acuerdo de los dos partidos mayoritarios en demografía, empleo y atención a los mayores? ¿Al mismo Barbón, para que se entienda de una vez con Izquierda Unida, la misma IU que rechazó a Cofiño como interlocutor de la negociación de un pacto de gobierno de la izquierda suficiente en Asturias?

¿Pensaba en Foro, paradigma del “do ut des”, del “doy para que des”, que tiende para un lado la mano derecha en Gijón y para el otro la izquierda en Oviedo? ¿Se dirigía quizás al PP, animándole al encuentro fraternal con Vox en aquellas administraciones donde la derecha necesita reunirse para gobernar? Parece poco probable que esa fuera la intención del nuevo jefe del hemiciclo, pues bien parece que los pactos sólo son benditos cuando los amasa la izquierda. Cuando se magostan en la acera de en frente, esos acuerdos resultan, a ojos del PSOE, luciferinos.

Preguntas son que quedan en el aire para quien está llamado a ser árbitro y no arbitrario, guardián de la llave de la casa de todos, el templo de la palabra, no del exabrupto. Tanto que en vez de Parlamento debería llamarse “Palabramiento”.

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