Día mundial de la desigualdad salarial

Una lucha basada en el compromiso de Naciones Unidas con los Derechos Humanos

Ana Isabel García Roza

Ana Isabel García Roza

El Día Internacional de la Igualdad salarial, que se celebra este 18 de septiembre, representa los esfuerzos constantes por conseguir la igualdad salarial por un trabajo de igual valor. Esta lucha se basa en el compromiso de las Naciones Unidas con los Derechos Humanos y contra todas las formas de discriminación, incluida la discriminación contra las mujeres y las niñas.

Para garantizar que nadie se quede atrás, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) abordan la necesidad de alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas. Además, los ODS promueven el trabajo decente y el crecimiento económico mediante la búsqueda de empleo pleno y productivo y trabajo decente para todas las mujeres y hombres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad, así como la equidad salarial por un trabajo de igual valor. La incorporación de una perspectiva de género es fundamental en la implementación de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.

La desigualdad salarial es un problema persistente y universal, es una injusticia y somete a millones de personas en todo el mundo a vidas de pobreza arraigada y brecha de oportunidades.

Una de las formas más rápidas y efectivas de reducir las desigualdades salariales es a través de salarios mínimos decentes y la protección social universal.

La subida del salario mínimo interprofesional contribuye a continuar reduciendo la desigualdad salarial, muy elevada en nuestro país, y con ella las situaciones de pobreza.

Para la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores, el SMI se debería revalorizar de manera automática cada año por ley, conforme al 60% del salario medio cada año, consiguiendo así dignificar los salarios en nuestro país.

El hecho de tener un empleo remunerado no garantiza a una persona escapar de una situación de vulnerabilidad.

Los bajos salarios generan elevados niveles de desigualdad de renta y de pobreza, son una de las causas fundamentales por la cual la distribución de la renta en España es de las más desiguales de la eurozona.

España es un país de bajos salarios, es un 26,4% inferior al salario medio de la eurozona.

Con la subida de los salarios se incrementa el reparto de la riqueza. El hundimiento del poder adquisitivo de las rentas salariales contrasta con la evolución positiva que registran los beneficios empresariales.

Existe una gran desigualdad en el aumento de los salarios, según algunos estudios, mientras que los ejecutivos de las empresas ven aumentado su salario en un 16% de media, los salarios de los trabajadores de las mismas aumentan un 2%.

Para que la clase trabajadora empiece a recuperar el poder adquisitivo perdido, la UGT reclama la necesidad de seguir incidiendo en el crecimiento salarial. En lo que llevamos de año, los salarios pactados en convenio han aumentado, en promedio un 3,4%, que, si bien se sitúa en estos momentos por encima de los últimos datos de inflación, aún no consigue recuperar la pérdida acumulada de poder adquisitivo de los últimos años en España. De ahí que deben seguir elevándose siguiendo el camino pactado dentro del V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), que para el 2023 establece un aumento del 4% con cláusula de revisión de un 1% adicional.

En definitiva, debemos trabajar por la igualdad salarial, no pueden existir desigualdades salariales por ningún tipo de discriminación, debemos promover el trabajo decente para todas las personas, que no existan "trabajadores pobres", a los que su salario nmente.

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