Opinión | Sol y sombra

Qué indigestión

Los separatistas de ERC, además del concierto económico exclusivo para Cataluña, han anunciado que exigirán el compromiso de un referéndum de autodeterminación para apoyar la investidura de Illa. Aunque la portavoz socialista Pilar Alegría se ha apresurado a decir que en realidad no se trata de un "concierto económico" sino de una "financiación singular" con respecto al resto de las autonomías, salvo lo ya conocido. Al final, nada que no signifique lo mismo expresado de diferente manera. Probablemente, llegado el momento, el referéndum independentista recibirá el nombre de consulta y se planteará de una manera lo suficientemente encubierta o retorcida para que tenga un encaje constitucional aun tratándose de una flagrante inconstitucionalidad.

España está pagando a un precio demasiado alto las investiduras, primero de Sánchez y ahora de Illa. No creo que nadie en su sano juicio piense que esto merezca la pena con la excepción del presidente del Gobierno y del candidato socialista catalán. Echen números, es un despilfarro en cuanto a derechos democráticos, en la igualdad de todos los españoles ante la ley y de dinero público. Alegría invoca "la realidad de los hechos" para acallar a quienes defienden la multilateralidad en la financiación. ¿A qué realidad se refiere la portavoz? ¿A la de España o a la que mueve el capricho socialista de mantenerse en el poder a costa de cualquier cesión antes de convocar nuevas elecciones? "Agitando el agravio no se avanza", dice la portavoz del Gobierno ¿Comiéndoselo sí se avanza? Me gustaría equivocarme y de hacerlo no me costará admitirlo, pero creo que Barbón comprará pronto este discurso. Nuestros políticos precisan de construir un relato sobre otro para justificarse en el momento en que la tozuda realidad de España, no la de Alegría, se cruza en el camino, o cuando prende el discurso de la desigualdad entre los españoles y es imposible aplacar a los electorados. Como es el caso. Y el caso es que todo esto se nos está indigestando como ya nadie recuerda haberse indigestado con algo.

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