Opinión | Competitividad

El cohete se estrella

España desciende al puesto 40.º entre las 67 grandes economías del mundo

La economía española va como un cohete y se estrella con la competitivadad. El Institute for Managament Development (IMD) suizo, una de las escuelas de negocios más importantes del mundo, acaba de situar a España, por desgracia, en el puesto 40.º entre las 67 economías más importantes del mundo; cuatro puestos por debajo que ocupó el año pasado y más de veinte por detrás que en los noventa del siglo pasado (posición 18.º en 1992). ¿Y esto es malo? Muy malo. Significa que para generar un euro de riqueza nuestro país necesita invertir en deuda e impuestos seis. La competitividad española está en caída libre y se nota con la inversión extranjera que se derrumba un 33%, con millares de empresas que desaparecen, con la deuda pública agiganta y la pobreza liderada en la eurozona según datos de Eurostat. La inversión y la atracción de capital baja progresivamente lo que está lastrando el índice de "deterioro de la calidad institucional" que influye bastante en la relocalización de negocios. El IMD baja diez puntos nuestro ranking de transparencia gubernamental situándonos en la posición 65.º, al nivel de Venezuela. Angustioso.

El balance de la prosperidad se determina por el alza de la competitividad media trasladado al nivel de vida (salarios, paro, nivel de vida, inversión, fiscalidad, ahorro, protección social, infraestructuras, educación, investigación y desarrollo) y llevamos años a la baja con efectos malos para hoy y peores para mañana. España, la cuarta economía de Europa, ha caído en renta per cápita a la posición número trece de la UE 27. PIB per cápita de España ha crecido siete veces menos que EE UU y ha disminuido en 6.600 euros con respecto a la media europea, siendo superando por países como Eslovenia, Polonia y Lituania según la proyección que hace el FMI, y todo a pesar de inyectar cantidades de deuda realmente inmorales. Hay millones de necesidades y no se puede crear un derecho por cada necesidad pagado con deuda, eso es inmoral. La productividad se evalúa como el PIB nacional divido por la cantidad de horas trabajadas. Esto quiere decir: producir mucho con menos, sería la excelencia. Pero hoy en día ya no sirve producir mucho y bien, sino producir mejor y más barato que la competencia para captar cuota de mercado. La competitividad como factor global para que los productos y servicios sean eficientes en el mercado, es necesario una buena productividad, pero también intervienen otros actores como la innovación y la calidad. España tiene unas de las peores capacidades de producir bienes y servicios con dos décadas saliendo mal en la foto de los informes publicados por el IVIE y la Fundación BBVA, pues revela que España presenta mayor caída de la producción, con diferencia, de todos los países analizados. Concretamente España acumula un retroceso del 7,3% en estos últimos veinte años, un resultado que diverge –y mucho– con los países desarrollados. ¿Significa esto que los españoles trabajamos menos? No, trabajamos más pero peor, con peor rendimiento. Los países con mayor PIB por hora trabajada son Luxemburgo, Dinamarca y Alemania (avanza el 11,8%). Por debajo se sitúa España dándose codazos con los torpes en producción como Eslovenia, Chipre, Republica Checa y Rumania. A nivel global, estamos a años luz de Estados Unidos (mas 15,5%) o China. La causa principal de la baja productividad es el déficit en innovación: mientras España invierte un escaso 1,3% en I+D+i, Alemania gasta un 2,3% de su PIB, EE UU el 3,5% y Corea del Sur el 5%. El IMD ha puesto deberes a España para reparar la grave avería del cohete, entre otros, reducir la carga fiscal, generar un marco estable para las compañías, invertir con eficiencia de los fondos europeos, reformar la productividad, promover la digitalización, mejorar formativo mejorar inversión en tecnología, elevar la calidad de cuadros directivos y modificar la estructura empresarial minifundista donde escasean las empresas medianas y grandes que son las que más pueden invertir en personal e innovación. Total, el cohete económico de España cae en picado a punto de explotar: menos competitividad, más pobres y llenos de parados.

Suscríbete para seguir leyendo