Opinión

Bienaventurados los lentos

Aún no he leído el ensayo "Los lentos", del profesor francés Laurent Vidal, pero la lectura de una entrevista con él ya me dice que es un libro importante o, más precisamente, que es importante que se lea. Los lentos, según él, lo son solo para los "acelerados". Vidal vincula la lentitud con la democracia, que exige pensar despacio las cosas que se dicen o deciden, y la celeridad con el populismo, cuyo sustento real es no pensar las cosas. Pero, añado, el populismo es a la vez la coartada que tiene para llegar a alguna meta (un medio, una pantalla, un punto de poder) el que nunca se ha tomado la molestia de pensar. La propensión natural al insulto del populista vendría de ahí: un insulto no se construye, es un arma ya fabricada que se lanza con intención de herir. La resistencia frente a los empujones de los acelerados, sus desprecios, insultos y puntazos, es una obligación cívica.

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