Opinión

La bala rebota contra Biden

Es justo y necesario condenar sin paliativos el atentado y celebrar que Trump no haya sufrido daño grave. A partir de ahí debe asumirse que el hecho crea un escenario de crisis a menos de cuatro meses de las elecciones, con los siguientes vértices e incógnitas: si se trata de una acción aislada o hubo conspiración y de qué signo; respuesta de los responsables inmediatos y mediatos de seguridad a los evidentes errores cometidos; mensajes que se vayan dando al electorado y efectos sobre este. He ahí el difícil cuadro de crisis a gestionar por Biden, pues Trump, verdadero ganador del suceso, lo tiene fácil, y su entorno político, interno e internacional –Rusia– ya ha empezado a culpabilizar en total sintonía al adversario (en términos militares: "explotación del éxito"). Una desdicha tras otra, Biden solo tiene a su favor una cosa: difícilmente podrá empeorar mucho más su situación.

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