Opinión | Solo será un minuto

Detector de letales

No comparto la teoría tan generalizada de que las redes sociales sirven para poco. Que su utilidad es mínima. Nula, incluso. Y no es cierto. Para nada. Las redes sociales, a poco que te pares a pensarlo un poco, tienen un inmenso valor como detector de letales pensamientos contra la inteligencia, sirven para poner un cascabel a los intolerantes que no piensan más que palabras para insultar y mentir y manipular y humillar. Bueno, lo intentan y algunas veces consiguen hacer daño porque hay personas (famosas o no) con el escudo demasiado frágil y se lo rompen con ceñuda facilidad.

Y por qué será que casi todos esos seres de sombra y ruinas están a menudo escondidos en el anonimato, buscando seudónimos pretendidamente ingeniosos tras los que parapetarse, salvo que se trate de desinformadores que necesitan para mantener su negocio de cizaña darse a conocer a voz en grito. O con aullidos.

Me cuesta entender por qué hay personas inteligentes, cultas y sensibles que entran a ese trapo sucio y tratan de debatir con palabras sensatas frente a la falta total de argumentos que hay en las hordas sin rostro que salen al paso. Con lo fácil que es tirar de la opción de bloqueo para silenciar a quienes ignoran el significado de la palabra respeto cuando se trata de hablar de asuntos espinosos donde las posturas radicales encuentran un barrizal de lo más atrayente para instalarse.

Otro punto a favor de las redes es que a veces descubres a gente valiosa que escribe sin dar coces y se dedica a exponer, divulgar, dialogar, razonar y clarificar. Y uno solo de esos hallazgos renueva el antídoto contra el veneno.

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