Cuando la ciencia y el territorio confluyen

Hace unos días hemos conocido el estudio que publica la revista internacional de genética médica y medicina molecular "Clinical Genetics" con los resultados de una investigación realizada durante años por investigadores asturianos. La bióloga Milagros Balbín, directora del Laboratorio de Oncología Molecular del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), lidera al equipo de investigadores de este laboratorio que nació en 2004 para el desarrollo de la estrategia de diagnóstico y de toma de decisiones en las terapias de los pacientes oncológicos.

La Fundación Caja Rural de Asturias lleva financiando la actividad de investigación del laboratorio desde 2008. Este mecenazgo sin fisuras en el tiempo les ha permitido poner a punto la tecnología de secuenciación de nueva generación, y llevar a cabo estudios moleculares de cáncer (redunda) a cientos de pacientes y sus familiares.

Como patronos que somos de la FINBA, Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria en Asturias, desde sus inicios, respaldamos además de la actividad de este laboratorio, otras líneas de investigación con mucho potencial de alcanzar un gran impacto en ámbitos como la diabetes o la obesidad. El modelo de colaboración público privada de la FINBA permite a entidades como la nuestra involucrarse en la investigación de excelencia que se hace en Asturias para mejorar la salud de las personas.

Para nosotros es motivo de orgullo ver cómo personas extraordinarias dedican su vida a buscar respuestas que puedan redundar en la mejora de nuestra salud. Esto supone mucho esfuerzo y trabajo, estando a veces en situaciones de alta incertidumbre en relación a su futuro laboral.

Animamos a destinar fondos a financiar la ciencia que se hace en Asturias, porque el desarrollo de una sociedad se cifra también en la inversión que dedica a la investigación

El cáncer es una enfermedad terrible, que se sigue llevando por delante cada año a muchos asturianos y asturianas, y la ciencia cada vez está avanzando más en encontrar cuales son los elementos que la generan, con un fin preventivo, para que no se llegue a desarrollar, pero también curativo, diseñando "biomarcadores" que permitan orientar a las nuevas terapias para que estas sean más efectivas.

El estudio que nos ocupa, publicado en la revista "Clinical Genetics", ha llevado a cabo un análisis de numerosas familias de enfermos que muestran ciertas mutaciones en dos genes concretos, que parece puede ser un elemento clave en el desarrollo del cáncer de mama y de ovario. El origen de estas mutaciones puede remontarse a cientos de años atrás, y se han mantenido solo en determinados valles asturianos debido al aislamiento de la población, y sus conclusiones apuntan a que hay una alta prevalencia en una zona de nuestra geografía. Una endogamia territorial que ha generado una evidencia científica.

Pero ¿por qué es algo muy importante el trabajo desarrollado?, porque se puede monitorizar a todas las personas que pueden tener esa mutación, y hacer un trabajo preventivo con ellas, y no solo, sino que ya se están aplicando medicamentos específicos que se dirigen directamente a lo que provoca el desarrollo de la enfermedad, esto es, al despliegue de la medicina personalizada.

Para obtener estos resultados, se han analizado más de 1.600 familias, durante 15 años, labor que no habría sido posible sin un apoyo financiero estable, una colaboración privada, que junto a la financiación basal pública, permite cubrir los gastos del personal investigador e invertir en el equipamiento necesario, el cual está en constante evolución tecnológica.

Es por ello que debemos dar las gracias a todos los socios y clientes de Caja Rural de Asturias. Ellos son los que, incluso en momentos de crisis como las vividas en estos más de 15 años, han avalado e impulsado destinar más de dos millones de euros al Laboratorio de Oncología Molecular del HUCA. Recursos económicos que, administrados por sobresalientes profesionales, permiten que la ciencia los transforme en calidad de vida y bienestar para las personas. En este largo y difícil camino, sumamos nuestra dedicación a la suya y animamos a otras entidades privadas a que destinen fondos a financiar la ciencia que se hace en Asturias, porque el desarrollo de una sociedad se cifra también en la inversión que dedica a la investigación.

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