El derribo del puente de Arriondas, pendiente del análisis final de sus pilastras

Los resultados de los sondeos realizados esta semana en el puente de Arriondas arrojarán luz sobre la solución para la infraestructura. Se barajan dos opciones: derribarlo y construir uno nuevo o reformar el existente, con las actuaciones que procedan.

Aunque no se ha confirmado ni por el Ayuntamiento ni por el Principado cuál será la opción que se adopte finalmente, todo apunta que será la primera –la construcción de un nuevo puente– la que dará solución final al deterioro que sufre la infraestructura.

El pasado lunes, comenzaban los trabajos sobre las pilastras laterales del puente. Las dos centrales ya habían sido sondeadas el pasado mes de marzo.

La actuación de estos días, en la parte más cercana a la zona de El Portazgo, requirió de la colocación de semáforos, que daban paso alterno al tráfico, puesto que la maquinaria ocupaba uno de los carriles. Ayer ya se trabajaba en el otro extremo del puente, sin interrumpir la circulación y estaba previsto concluir los trabajos.

El puente Emilio Llamedo Olivera, desde donde se lee el pregón de Las Piraguas y se da la salida de la prueba deportiva, está en mal estado desde hace años. Su arreglo es una reivindicación histórica del concejo.

El concejal de Infraestructuras y Servicios, Álvaro Palacios, explicó ayer que, una vez que se conozcan los resultados de los sondeos realizados y se apruebe el estudio de impacto ambiental, el Principado redactará el proyecto. “Es una obra muy demandada “, confirmó.

La infraestructura soporta un gran tráfico, ya que es el acceso desde Ribadesella y Cangas de Onís a la localidad. También al hospital del Oriente de Asturias, cuando se accede desde la parte más oriental de la provincia.

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