El café bar Neycar dice adiós en Arriondas: Juan y Nena se jubilan

Los clientes promovieron la fiesta de despedida de un local con treinta y seis años de historia en la capital parraguesa

Juan José Somoano y Nena, en el Neycar.

Juan José Somoano y Nena, en el Neycar. / M.Villoria

M.Villoria

El café bar Neycar de Arriondas ha cerrado sus puertas. Dentro se quedan miles de recuerdos de treinta y seis años de historia de uno los locales clásicos de la capital parraguesa, conocido por su buen ambiente, buen trato y la calidad de sus pinchos. Juan José Somoano Carús y María Ascensión Redondo Simon (Nena) han decidido jubilarse tras toda una vida trabajando. Forman un tandem perfecto profesional y personalmente.

Los dos son de Arriondas "de toda la vida" y se conocieron trabajando en la confitería El Campoamor de la capital parraguesa en 1981. Ella de confitera. Él, de camarero. Allí surgió una unión personal y profesional que les haría inseparables. El nombre del negocio que abrieron en 1987 juega con los nombres de Nena y Carús, que era como les conocían en la localidad. "Trabajamos siempre con muy buena gente, clientes de aquí y, por el verano, también de fuera, pero siempre con muy buen ambiente", explica Somoano.

Los pinchos, la tortilla, los sandwichs, el "caldu" en invierno y muchas más elaboraciones les hicieron famosos entre su público, pero, sobre todo, porque en el local nunca se encontraba una mala cara o un trato inadecuado. El humor nunca faltó, a pesar de las jornadas intensas de trabajo para los dos atendiendo cocina, barra y terraza. "Estuvimos los dos para todo", explican.

Durante los primeros quince años recuerdan que no descansaron nunca. "Trabajamos a piñón fijo y, luego, ya cerrábamos un día", comenta Juan José Somoano. Daban servicio desde las siete de la mañana hasta bien entrada la noche. "Eran doce o catorce horas. No había hora para salir. Antes, el alterne era mucho mayor", explica Nena.

"Me da pena, porque tienes mucho trato con la gente. Toda esta juventud que viene y que ya lo hacían con sus padres", dice Nena, que reconoce llevar unos días "empapizada" de emoción, por las muestras de cariño de los vecinos. Esos jóvenes clientes fueron quienes decidieron organizar una fiesta de despedida en la que no faltó el humor, la música y el homenaje al matrimonio que ha formado parte de la vida cotidiana de tantas personas y que invitó con gusto a todos quienes quisieron pasar por su local. A partir, el matrimonio repartirá su tiempo entre la capital parraguesa y Oseja de Sajambre (León). Se dedicarán a cuidarse, a desconectar y a descansar. Él reconoce que ya tiene ganas de dejar de trabajar, cuando ambos superan con creces más de cuarenta años dde labor. "Estuve treinta y seis años aquí, y antes en el Campoamor, en el Mirador...Empecé con doce años a trabajar. Ya estuvo bien", sostiene.

"Gracias a toda la gente que pasó por aquí. A los de Arriondas y también a los de fuera. Gracias a ellos nos fue bien. Esperamos que se hayan ido contentos". Así se despiden Nena y Carús.