De la mar a la carretera: El barco bonitero "Alberolaya" echa amarre en la rotonda de Camplengu de Llanes

"Estoy muy orgulloso de que se quede aquí", dice su hasta ahora propietario, el ovetense Francisco Álvarez, tras donar la embarcación al consistorio llanisco

Francisco Álvarez González junto a familiares, representantes municipales y de la Cofradía llanisca inauguran la instalación del barco Alberolaya en la rotonda de Camplengu

Francisco Álvarez González junto a familiares, representantes municipales y de la Cofradía llanisca inauguran la instalación del barco Alberolaya en la rotonda de Camplengu / J.Quince

J.Quince

Durante casi cuatro décadas fue su fiel compañero de aventuras en la mar. Hoy, a sus 86 años el ovetense Francisco Álvarez González "Paco" se despide de su barco bonitero bautizado como "Alberolaya", que abandona para siempre el puerto para echar el ancla en tierra, concretamente en Llanes. Su nueva función será la de dar la bienvenida a vecinos, turistas y visitantes como decoración en la rotonda del Camplengu, en plena circunvalación de la capital llanisca.

"Se contruyó en 1957 en los astilleros de Irún, de los hermanos Garin, por encargo de unos armeros de las arenas de Bilbao, en Getxo. Yo lo compré en 1988", recuerda con buena memoria su antiguo propietario. Él le dio un nuevo uso a este pesquero profesional: "Era un barco bonitero y lo transformé en un yate de recreo. Aún así muchas veces salía al bonito, pero de manera amateur, para seguir la campaña de aquella gente que lo tuvo antes que yo".

Francisco Álvarez posa junto a la embarcación.

Francisco Álvarez posa junto a la embarcación. / Julia Quince

El "Alberolaya", llamado así por dos de sus cinco hijos, Alberto y Olaya, ha pasado de surcar el mar Cantábrico a presidir uno de los accesos de la villa llanisca, que cuenta con una larga tradición marinera y pesquera. Francisco Álvarez quiso donarlo al Ayuntamiento de Llanes por su estrecho vínculo con el concejo: "Es una villa que a mi siempre me ha gustado mucho, además es donde vive una de mis hijas y mi bisnieta. Estoy muy orgulloso de que se quede aquí".

Se trata de una embarcación que cuenta con 1,38 metros de eslora, 2,95 de manga, un puntal de 1,92 metros y un peso de 10,82 toneladas. Fue transportada desde el puerto de Gijón el pasado mes de marzo hasta Llanes, donde se llevó a cabo una serie de intervenciones para adecuar el espacio, ahora ajardinado, para el nuevo elemento ornamental. Se pintó el barco, se sellaron los accesos al mismo para evitar que nadie pueda penetrar en su interior y se construyó un túmulo de tierra que cubre la cuna de acero y que sirve de estructura de soporte.

Durante el acto de inauguración celebrado ayer, lunes, estuvo presente el propio Francisco junto a sus familiares, así como varios representantes de la Cofradía Santa Ana de Llanes y de la corporación municipal. El alcalde, Enrique Riestra, agradeció la colaboración de la familia y señaló la importancia de este barco como un guiño para la villa y el sector pesquero. "Espero que dure muchos años aquí, conmigo se portó muy bien", concluyó Paco.