Opinión

J. M. Carbajal

La incógnita del Sella-21 sigue sin despejarse a seis semanas del primer sábado de agosto

Todo queda a expensas de la ansiada reunión entre la delegada del Gobierno, el CODIS y los alcaldes de Parres y Ribadesella, para decidir si habrá o no competición

Restan seis semanas para la que debería ser una nueva edición del Descenso Internacional del Sella, tras la suspensión de la competición el año pasado a causa de la pandemia por el Covid-19, y el pesimismo planea sobre la mítica ribera, pues, ante la dilación de la situación, cada vez quedan menos posibilidades de que pueda celebrarse, pese al arduo trabajo desplegado durante los últimos meses por el Comité Organizador que lidera Juan Manuel Feliz Granda. Aún más: muchos palistas asiduos a la prueba son conscientes de que este 2021 tampoco habrá carrera de piraguas. 

Si bien el año pasado hubo conatos de intentar aplazar el Sella-20 unos meses, aunque finalmente lo descartaron, en esta ocasión no sería nada descabellado apostar por otra fecha, quizás en septiembre, a lo largo de la primera quincena, para tratar de sacar adelante la parte deportiva de la Fiesta de las Piraguas, es decir, únicamente el Descenso Internacional. Además, de salir adelante la propuesta, facilitará la presencia de palistas de los Juegos Olímpicos de Tokio –finales de julio- con aquellos que están perfilando el Mundial de maratón –primer fin de semana de octubre, en Rumanía-. 

Todo va a depender de las autoridades sanitarias pese a que dentro de nada las mascarillas serán historia al aire libre en este país y la inmunidad de rebaño se perfila cada vez más cerca. Cierto es que no sería un Sella tan como lo conocemos los selleros, con esa explosiva mezcla lúdico-festiva y deportiva. Pero, mirándolo desde el prisma de los palistas que llevan meses inmersos en entrenamientos, creo que tampoco sería absurdo disputar, por primera y única vez en su dilatada historia, un Sella adaptado a la nueva normalidad, igual que se ha venido haciendo con otras competiciones deportivas de prestigio y ateniéndose a los protocolos establecidos. 

Somos conscientes de que el “no” ya está más que previsto, pese a la demora en oficializarlo. Podría intentarse otra fecha alternativa en la primera quincena del próximo mes de septiembre, como podría ser el primer sábado, dia 4, aunque ese día lo tiene reservado el Mini-Sella, una de las mejores pruebas de Promoción de Piragüismo de cuantas se organizan a lo largo y ancho del país; o bien el 11 de septiembre, tras la festividad del Día de Asturias. Siempre, insisto, en la parte estrictamente deportiva tal como se viene haciendo con otras pruebas deportivas de interés, pese a que el Sella es único, mítico e incomparable.

La Consejería de Salud del Principado de Asturias estudió a fondo el protocolo presentado por el Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella y no pone obstáculos a la disputa de la prueba deportiva, es decir, la carrera de piraguas, el próximo 7 de agosto. Falta la decisiva reunión de la delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, con los alcaldes de Parres, Emilio García Longo, y Ribadesella, Ramón Canal, así como con el Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella, para adoptar la disposición de suspender o no la actual edición del Sella. 

Desde su primera edición, en 1930, el Descenso Internacional del Sella, la mítica prueba creada por Dionisio de la Huerta, solo dejó de celebrarse entre los años 1936 y 1943. La Guerra Civil y la posguerra interrumpieron la celebración la Fiesta de las Piraguas de Asturias, retornando nuevamente en 1944. Desde entonces se vino desarrollando, ininterrumpidamente, cada año hasta que en el pasado 2020, a causa de la incertidumbre por la pandemia del Covid-19, el CODIS en la obligación de suspenderlo para evitar riesgos innecesarios. 

¿Se puede organizar un Sella atípico y acondicionado, de manera excepcional, a las circunstancias que tocará vivir dentro de dos meses y medio –centrándonos en septiembre- en la mítica ribera? Pienso que sí, primando la compostura. No hace falta hacer comparaciones con otros eventos, pues, cada cual es muy libre de defender su punto de vista. Insisto, una vez más, el Sella-21 podría ser una opción en la primera quincena de septiembre, cuando restan todavía dos meses y medio por delante, antes de suspenderlo hasta el venidero 2022. 

¡¡Vivan Les Piragües!! 

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