Será el pregonero del Martes de Campo | Miguel Ángel de Blas Arqueólogo

«La Balesquida tiene el objetivo de colaborar en la elaboración de la cultura de la ciudad»

«Mucha gente no sabe lo bueno que es formar parte de la Protectora, y todo lo que ofrece por unos pocos euros»

Miguel Ángel de Blas. | Fernando Rodríguez

Miguel Ángel de Blas. | Fernando Rodríguez / F. Torre

Franco Torre

Franco Torre

El arqueólogo Miguel Ángel de Blas, catedrático jubilado de Prehistoria de la Universidad de Oviedo, será el pregonero del Martes de Campo. Será el 23 de mayo (ocho días antes de la fiesta) a las 20.00 horas en el teatro Filarmónica.

–¿Qué supone para usted pregonar el Martes de Campo?

–Es un detalle por parte de la Junta Directiva de la Sociedad Protectora de La Balesquida, una institución a la que pertenecen varios miles de ovetenses. Hay muchos perfectamente capacitados para hacer un magnífico pregón, en muchos casos mejor que lo que yo pueda hacer. Tengo experiencia hablando en público, lo hice toda la vida, pero es mi primera vez como pregonero. Y es un honor, pero también una sorpresa y un compromiso. Yo me debo a la Sociedad Protectora, a la que pertenezco.

–¿Tiene una idea de pregón?

–Tengo algunas ideas de cómo va a ser, yendo hacia atrás y hacia adelante en el tiempo, con cierta intención de retrotraernos a la época de doña Velasquita Giráldez, y también de hablar de mi propia experiencia juvenil con el Martes de Campo. Sobre estos dos ejes espero que me venga un discurso que, por lo menos, no haga roncar a los presentes.

–Es lo mínimo.

–Supongo que sí, y ahí está la cuestión: que el pregón tenga componentes de distinta naturaleza, con algunas referencias históricas y a la propia fiesta y a su ambiente. Hay que saber salpimentarlo todo para que resulte medianamente audible. Otra cosa es conseguirlo.

–¿Lleva mucho en la Sociedad Protectora?

–Hace años, sí, y fui colaborador habitual del anuario de La Sociedad Protectora de la Balesquida, también este año. Hay algo de tradición ahí, porque en la revista escribió gente con la que yo tuve relaciones de mucho afecto. Como Juan Uría Ríu o mi desaparecido amigo Juan Ignacio Ruiz de la Peña. Esa publicación tuvo un período de oro que ahora se está recuperando, dentro del objetivo de la Sociedad Protectora de participar en la elaboración de la cultura de la ciudad. Quiero hacer una llamada a los que no son socios: la aportación es minúscula, unos pocos euros al año. El anuario vale más que la cuota, y además los socios reciben el bollu y la botella de vino, y el cupón para el amagüestu de noviembre. Muchos ovetenses no saben lo bueno que es ser socio y yo, como pregonero, tengo que pregonarlo. Y recordarles que la oficina de la Sociedad está en la plaza de la Constitución, en el mismo edificio que la Oficina de Turismo.

–Le tocará competir con los mítines de los políticos: el pregón cae en plena campaña.

–No lo había pensado, pero efectivamente coincide con los días de mayor carga y tensión electoral. Hasta podemos pensar que es un argumento a favor para que los que están con la cabeza muy ardiente en torno a las elecciones, y con el hartazgo de tantas promesas, puedan participar en todo esto. El domingo con el Heraldo de La Balesquida, que casi nos retrotrae a tiempos medievales, y también en el mismo pregón de las fiestas. Esperemos que sirva para marcar una distancia o, por lo menos, fragmentar ese tiempo electoral.

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