No se puede confiar en quienes ya te fallaron

Ciudadanos propone una candidatura al margen del bipartidismo formado por el PSOE y el PP y hace hincapié en los desastres llevados a cabo en Asturias a lo largo de las últimas décadas

No se puede confiar en quienes ya te fallaron

No se puede confiar en quienes ya te fallaron / J. A. C.

J. A. C.

Las culpas son siempre huérfanas, pero la hemeroteca es el retrato de los que prefieren olvidar. Habla el PSOE de que "llegó el momento de Asturias", como si fueran realmente ajenos a la catastrófica gestión de los últimos cuarenta y tres años. Curiosa forma de promocionar al candidato que lleva cuatro años siendo presidente.

En las filas del PP las cosas son bastante similares. El señor Canga se descubre cada día con comentarios que demuestran que no solo no ha pisado su tierra, sino que ni siquiera la ha mirado desde la lejanía del Parlamento Europeo. Olvida que, desde los años de Aznar, su partido ha ido turnándose con el PSOE en los despachos de La Moncloa cada cierto tiempo y que la responsabilidad del abandono de Asturias, a fin de cuentas, se la reparten entre el PSOE y el PP.

La Autopista del Mar, esencial para el desarrollo turístico e industrial de Asturias, dijo adiós hace ya casi una década. Lo hizo, casualidades políticas, para irse a la Galicia del presidente Feijoo. No parece que el PP, por aquel entonces, se preocupara mucho del futuro de los asturianos. Tampoco el PSOE, claro está, tuvo la capacidad de reaccionar. Ni siquiera cuando, en 2019, alcanzaron los gobiernos de Gijón, Asturias y España. Ese tridente mágico que nunca fue sinónimo de prosperidad.

En el tema del AVE y las conexiones ferroviarias, evidentemente, las culpas también tienen dos padres, aunque al bipartidismo le salga urticaria al recordarlo. Desde que Cascos, padre de Foro Asturias y por aquellos años en el PP, prometiera el Metrotren y la llegada de la alta velocidad, lo único que ha visto el Principado son túneles abandonados en las tripas de Gijón, sobrecostes injustificados y un AVE que sigue retrasando su llegada a Pola de Lena. Porque ese tren moderno que ha transformado todos los territorios a donde ha llegado, no cruzará Oviedo ni alcanzará Gijón.

En cuanto a las alas, es terrible el olvido del bipartidismo. La autovía Oviedo-La Espina sigue en obras y las conexiones ferroviarias son inexistentes en la mayor parte del territorio de la región. Es tan exiguo el bagaje en el Oriente y el Occidente que el lobo ha llegado antes a casa de los asturianos que la red de conexión a internet.

¿Qué decir de El Musel y sus sobrecostes? ¿Y de la Zalia? ¿Dónde está la estación intermodal de Gijón? ¿Nadie se acuerda ya del Área Central? Tal vez algunos cierren los ojos ante el Fevemocho, o el peaje del Huerna que sigue restando competitividad a los empresarios asturianos, mientras se liberan autopistas en Cataluña. Nadie quiere mirar al espejo retrovisor y ver que la próspera Asturias industrial se ha convertido en un erial donde solo una de cada dos personas en edad de trabajar tiene un empleo.

En Asturias, unos y otros, llevan cuarenta y tres años contándonos la misma historia, las mismas promesas. Pero ya no cuela. Las mentiras se caen y al emperador todo el mundo le empieza a ver desnudo.