Fernández Pol: "El Camino es como una metáfora de la vida, con subidas y bajadas"

Concepción Fernández Pol ejercía como psicóloga en un centro de salud de Oviedo cuando, un día, algunos compañeros hicieron alusiones a un paciente diagnosticado de esquizofrenia severa que había sido un gran montañero, con varias cumbres de la Cordillera en su haber, y que echaba mucho de menos la montaña. Surgió entonces la idea de formar un grupo de montaña con pacientes. Fue la semilla para "hazañas" posteriores, como la culminación del Camino Primitivo, entre Oviedo y Santiago de Compostela. Ahora, Concepción Fernández Pol relata su experiencia en el libro "Una vía en las estrellas: El Camino de Santiago de unas personas poco corrientes"

"Todas esas subidas y bajadas con la meteorología adversa, son una metáfora de la vida: igual que ocurre a diario, tuvimos ganas de desertar, de tomar el camino menos embarrado, pero no lo hicimos porque queríamos alcanzar la meta prevista".

Concepción Fernández Pol lo explicó ayer con vehemencia en un Club Prensa Asturiana que se llenó para escucharla. Quiso utilizar el Camino como proceso de rehabilitación psicosocial y lo logró, incluso rebasando los objetivos previstos.

"Uno de los aspectos más gratificantes con el grupo de pacientes fue ver cómo los retos se iban superando; en ese periodo en el que uno permanece como fuera del tiempo, porque el Camino aporta a cada uno lo que realmente necesita, sin saber muy bien en qué consiste. Esta ruta nos hace adecuar nuestros sueños a las realidades", aseguró la psicóloga, también activista social desde Amnistía Internacional-Asturias, donde ejerce como secretaria. "El Camino me regaló el privilegio de transitar en soledad por tramos que han sido recorridos a lo largo de los siglos", señaló, muy emocionada, en el transcurso del acto en el que también intervinieron Lourdes Campillo, presidenta de la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino, y Alfredo García Quintana, concejal de Turismo del Ayuntamiento de Oviedo.

"Uno de los motivos por los que he escrito este libro ha sido el de reivindicar que aquel proyecto forjado en el siglo IX tuvo su origen en Oviedo y merece la pena transitar los lugares por los que se discurre y descubrir a las personas que habitan", indicó ante un público en el que se encontraba el sacerdote Javier Suárez, delegado diocesano de Peregrinaciones, y párroco de San Juan el Real. "También he querido contribuir a disminuir el estigma contra la enfermedad mental y demostrar que el Camino tiene un efecto terapéutico", aseguró.

"No debemos olvidar la grandeza de Concha y de su hazaña y la grandeza del Camino", recalcó Lourdes Campillo. Alfredo García Quintana felicitó a la autora y destacó el estrecho vínculo de Oviedo con el Camino "con parada ineludible en la Catedral, ante la imagen del Salvador".