Brillante magisterio en la Filarmónica

El cuarteto "Astur Ensemble" convence a los melómanos ovetenses con una extraordinaria muestra de su nivel y repertorio

Por la izquierda, David Hevia, Carlos Tagarro, Ricardo Fernández y Alberto Gorrochategui, integrantes de «Astur Ensemble», durante el concierto de ayer en la Sociedad Filarmónica.

Por la izquierda, David Hevia, Carlos Tagarro, Ricardo Fernández y Alberto Gorrochategui, integrantes de «Astur Ensemble», durante el concierto de ayer en la Sociedad Filarmónica. / Mario Canteli

Jonathan Mallada Álvarez

Jonathan Mallada Álvarez

Los asistentes a la duodécima cita del año de la Sociedad Filarmónica de Oviedo quedaron satisfechos con el nivel demostrado por "Astur Ensemble" en la interpretación de tres cuartetos para cuerda, un repertorio a reivindicar por la centenaria institución que, sin duda, puede dar excelentes resultados, como quedó demostrado en la tarde-noche de ayer.

La velada musical, subvencionada por la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo y patrocinada por la Fundación EDP y LA NUEVA ESPAÑA, fomentó una asistencia algo mayor que en otras ocasiones, con la presencia de algunas caras jóvenes, motivadas por la naturaleza de "Astur Ensemble", un cuarteto formado por profesores de los conservatorios profesionales de Gijón y Avilés.

Durante hora y media, David Hevia y Carlos Tagarro (violines), junto a Ricardo Fernández (viola) y Alberto Gorrochategui (violonchelo), hicieron las delicias del público gracias a la brillantez de su sonido, a su conexión y a un programa muy atractivo.

En la primera parte, el ensemble interpretó el "Cuarteto de cuerda número 15 en re menor", de Mozart, donde se evidenció el equilibrio entre los músicos, así como un fraseo preciso. En el "Cuarteto de cuerda número 11 en fa menor" de Beethoven, los instrumentistas plasmaron tanto el lirismo que encierra la partitura como los fragmentos más impetuosos, característicos del genio de Bonn. Tras la pausa, el conjunto, siempre bajo un semblante de concentración, cambiaría de tercio para dar paso a una sonoridad diferente de la mano del "Cuarteto de cuerda número 8 en do menor" de Shostakóvich. Sus movimientos fueron un ejemplo de dramatismo y expresividad que convenció a los socios de la Filarmónica.

Tras los insistentes aplausos, como propina regalaron una exquisita versión del tango "Por una cabeza", de Carlos Gardel.

Suscríbete para seguir leyendo