Consuelo Vallina: "Pinto en primer lugar para mí, necesito estar a gusto con lo que creo"

La artista, Medalla de Oro del Principado, expone en Oviedo la muestra "En esencia. Naturaleza, palabra y sonido": "Siempre tengo dudas"

Consuelo Vallina, ante una de sus obras.

Consuelo Vallina, ante una de sus obras. / Mario Canteli

Tino Pertierra

Tino Pertierra

La duda como certeza. La evolución creadora como vía de conocimiento y exploración. Así enmarcó ayer la artista plástica Consuelo Vallina la muestra "En Esencia. Naturaleza, palabra y sonidos", integrada por 29 obras que resumen su producción pictórica más reciente con sus dos últimas series. La exposición de la creadora, Medalla de Oro de Asturias, podrá visitarse hasta el 28 de julio en la Sala de Exposiciones de la Universidad de Oviedo. Vallina estuvo acompañada por Pilar García Cuetos, vicerrectora de Extensión Universitaria, y Ana María Fernández, catedrática de Historia del Arte y comisaria de la muestra.

Público asistente a la inauguración. | Mario Canteli

Público asistente a la inauguración. / Mario Canteli

Un momento "emocionante", según García Cuetos, por tener la oportunidad de dialogar con la obra de Vallina, a quien Ana María Fernández definió con dos pinceladas maestras: "Uno de los grandes nombres del arte asturiano actual y un ejemplo de heroicidad por ser mujer y ser artista". Poesía, música y pintura como cristalinas fuentes de sencillez extrema que bañan experiencias personales. Íntimas. Irrenunciables. Porque, en palabras de la comisaria, la obra de Vallina es una suerte de autobiografía con una gran importancia del "bagaje personal de exposiciones vistas, paisajes visitados y sentimientos hacia la Naturaleza", arte impregnado de horizontes en tardes del ocaso. Es una pintura, destacó, cuya genealogía artística arranca en el expresionismo abstracto. "Menos es más", por tanto, y se enmarca en territorios dominados por lienzos con "fortísima carga gestual". Rasgar, arañar, salpicar, impregnar con tintas "dando pábulo al azar. Una obra esencial que defiende la emoción de lo sencillo, como la Naturaleza, la música y la poesía. Y técnicamente es un compendio con papeles y pinturas acrílicas". Y un dato elocuente: los cuadros no llevan carteles porque la autora prescinde de títulos, no quiere condicionar la interpretación de las obras, y busca sólo disfrutar del deleite de colores y formas. "Esa belleza de las cosas sencillas es lo que tiene el arte inigualable", señaló, "todo perece en la vida pero es inmortal en el arte".

Por la izquierda, Pilar García Cuetos, Ana María Fernández y Vallina. | M. C.

Por la izquierda, Pilar García Cuetos, Ana María Fernández y Vallina. / Mario Canteli

Vallina da la palabra a su obra: "Habla por sí misma". Un lenguaje que evoluciona al tiempo que su propia trayectoria personal. "Pasan los años y encuentro otras formas de expresión. Textos poéticos como pauta para crear". Y la música. Sobre todo, la clásica: "Voy a todos los conciertos". Su mirada hacia los paisajes se alimenta de "flashes que me produce la Naturaleza" y proporcionar "sonidos". Al principio llenaba los lienzos de cosas, "y eso no funcionaba, no suena, hace falta espacio". No es la misma que expuso hace tiempo en Trascorrales y esa evolución deseaba trasladarla con una confesión diáfana: "Pinto en primer lugar para mí. Necesito estar a gusto con lo que hago, sino para qué lo voy a hacer. Siempre tengo dudas". Dudas que, como recordó García Cuetos, la llevan a entrar en sus zonas expuestas con preguntas: "Decidme. ¿Cómo lo veis? ¿Os gusta?" Y Vallina insiste en que "hablo desde las paredes". De ellas cuelga su voz. Y emerge su palabra.

Suscríbete para seguir leyendo