Oviedo se niega a apagar la llama de la ilusión pese a la derrota azul: así fue la hoguera de San Juan

Los oviedistas queman en la hoguera la "mala suerte del equipo" y le piden a San Juan "subir el año que viene"

La derrota del Real Oviedo apagó un poco la llama de una noche de San Juan que hubiese sido mucho más larga si el equipo de la ciudad hubiese conseguido el ascenso a Primera. El resultado del partido fue un jarro de agua fría y los ovetenses no empezaron a entrar en calor hasta que se encendió la tradicional hoguera. A las doce en punto de la noche, cuando se prendió la mecha, la plaza Porlier se puso a reventar para asistir al espectáculo y quemar entre las ascuas los malos augurios y los males pasados. "Vengo a quemar la mala suerte del Oviedo y a pedir como deseo que suban el año que viene", explicaba resignado Jesús Antuña con una sudadera del equipo.

La noche mágica de San Juan comenzó con espectáculo de luces, música y fuegos de artificio por las calles del casco viejo. Tres dragones escupiendo fuego y tiñendo todo a su paso de colorido recorrieron las calles del Antiguo antes de que se encendiese la hoguera. "Vengo todos los años porque me encanta todo lo que gira alrededor de esta noche. Para mí es una tradición y siempre vengo a pedir algún deseo", señala María Isabel Rodríguez, que vive en el barrio de Pumarín. No quiere decir lo que va a pedirle a San Juan porque tiene miedo que no se cumpla. "Eso hay que guardárselo para uno mismo", señala la mujer.

EN IMÁGENES: La noche de San Juan en Oviedo se llena de luz y criaturas mágicas

La noche de San Juan en Oviedo se llena de luz y criaturas mágicas / David Cabo

Mario Rodríguez y Sofía Tuñón acaban de terminar el instituto y ayer también estaban entre el gentío que se dio cita en Porlier para asistir a la hoguera. "Me gusta mucho porque el fuego me transmite paz. Es verdad que esta noche tiene algo de mágico", asegura la chica. A él le apetece más ir a la orquesta. "Hay que aprovechar la noche. Ha perdido el equipo, pero seguro que el año que viene subimos", afirma volviendo a un tema que ayer estaba en boca de todos.

Ramón Jiménez y su mujer, Conchita Rodríguez, tampoco se pierden nunca la hoguera de San Juan. "Es una tradición que no puede perderse y este emplazamiento nos gusta más que el Campillín. Es más céntrico y está al lado de la Catedral. Mira que postal", decía Ramón señalando hacia el templo.

Después de bailar la danza prima alrededor de la hoguera al son de las voces de las integrantes del Coru de Muyeres de San Esteban y de cumplir con todas las tradiciones de esta noche tan señalada, el ambiente se trasladó hasta la plaza de la catedral, que también se llenó durante la actuación de la orquesta.