El hombre cuyo cadáver fue hallado en Oviedo durante un desahucio llevaba nueve meses muerto

Las pruebas forenses tratan de identificar al inquilino, que habría fallecido por causas naturales según las primeras investigaciones

El inmueble de la Avenida del Mar donde fue hallado el cadáver.

El inmueble de la Avenida del Mar donde fue hallado el cadáver. / LNE

O. López / S. Fernández

El cadáver de un hombre que llevaba nueve meses muerto fue la desagradable sorpresa con la que agentes judiciales y policías locales se encontraron el pasado viernes al ejecutar un desahucio en un piso de la Avenida del Mar, en el barrio de Teatinos. El cuerpo, en avanzado estado de descomposición, era objeto ayer de una investigación forense en el instituto de Medicina Legal con el fin de determinar con exactitud la identidad del finado.

De momento, las primeras informaciones apuntan a una muerte por causas naturales, por lo que fuentes policiales descartan, en principio, que la investigación pueda tener más recorrido.

El relato de lo sucedido, no obstante, arroja todavía muchas dudas, en tanto que el testimonio de los vecinos y el de los testimonios recabados por la Policía Local en el momento de ejecutar el desahucio difieren notablemente.

La historia del desahucio comienza dos años atrás, cuando el propietario de la vivienda deja de percibir la renta y acaba poniendo en marcha una ejecución de desahucio programada para este viernes. Al mediodía, y ante la falta de efectivos disponibles de la Policía Nacional, son dos patrullas de la Policía Local –resultado de la colaboración habitual entre los dos cuerpos– las que se personan en el piso de la Avenida del Mar para ejecutar la orden. Los agentes buscaban a una mujer, la inquilina que figuraba como arrendataria del contrato de arrendamiento. En su lugar, lo que hallaron fue una escena dura de contemplar con un cadáver en un estado alto de degradación y un olor nauseabundo que invadía la casa. Fuentes de Seguridad Ciudadana indican que las ventanas oscilobatientes estaban abiertas, por lo que resulta extraño que ningún vecino del inmueble detectase el hedor producto de la putrefacción.

Los vecinos apuntan a un varón de 30 años, pero afirman que estaba vivo hace semanas

Tras dar aviso a la Policía Nacional y que varios agentes de su brigada científica se personasen en el edificio, se procedió a localizar a la inquilina firmante en el contrato de arrendamiento. La denunciada, ante la exposición de los hechos, informó de que probablemente el cuerpo hallado perteneciese a una expareja suya, un hombre de 49 años, "de la que no quiere saber nada" y que habría continuado residiendo en la vivienda.

La versión de los hechos que circula entre los vecinos de la manzana y del barrio resulta totalmente diferente y contradictoria. Ellos dicen que en la vivienda donde se ejecutó la orden de desahucio residía un joven de unos 30 años de edad que habría llegado al edificio poco antes de la pandemia en compañía de su madre y su hermana. La convivencia de esta familia con el resto de vecinos fue, dicen, bastante conflictiva. Había fiestas, peleas y gritos constantes. Un tiempo después, madre e hija se marcharon, pero el hermano siguió ocupando el piso. El nivel de conflictividad bajó algo, en ocasiones compartía la vivienda con otra persona, y el aspecto del hombre, según el relato extendido por el barrio, fue empeorando. No obstante, y ese es el dato más sorprendente, este último inquilino identificado en la vivienda donde sucedieron los hechos de este viernes fue visto por las calles y comercios del barrio en las últimas semanas, algo que no coincide con el cadáver de un varón de 49 años que llevaría muerto desde hacía nueve meses.

Los vecinos consultados se encuentran "desconcertados" y "sorprendidos" ante el suceso.

La solución al enigma del piso de la Avenida del Mar tendrá que llegar de la mano de la policía científica. De momento, según fuentes próximas a la investigación, las primeras pruebas forenses que se han realizado sobre el cuerpo del fallecido en el Instituto de Medicina Legal, además de indicar una posible fecha del deceso y que ocurrió por causas naturales revelan algunos datos extra. Los indicios apuntan a una insuficiencia cardiaca.

El hombre hallado muerto, explican otras fuentes policiales, posiblemente era diabético, ya que en el registro realizada en el piso a la hora de ejecutar el desahucio se encontraron varias dosis de insulina.

Ayer, al cierre de esta edición, los trabajos forenses se afanaban en confirmar la identidad del muerto, aunque todavía no habían podido certificar que se tratara de la persona identificada por la inquilina denunciada ni del otro inquilino descrito por los vecinos que todavía seguía con vida hace pocas semanas.

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