Vuelve la peatonalización al Antiguo de Oviedo con obras desde los Pozos hasta Mendizábal

Julio verá iniciarse los trabajos para construir el comedor del colegio infantil de Ventanielles, una obra pendiente desde hace seis años

La peatonalización de Mendizábal

La peatonalización de Mendizábal / LNE

Chus Neira

Chus Neira

El cambio de mes parece que vendrá acompañado en Oviedo por una simbólica superación de los tiempos geológicos que en ocasiones acompañan los proyectos de la administración. Dos obras tan demandadas como postergadas como son la construcción del comedor para el colegio de Ventanielles y la peatonalización de las calles Los Pozos, Ramón y Cajal y Mendizábal, arrancarán en julio, con un retraso que oscila entre los seis y los cuatro años.

En el segundo caso, será el despegue definitivo de la administración Canteli de un nuevo proyecto peatonalizador, vinculado al cambio del modelo de movilidad y que trata de enlazar con los planes de choque de los noventa, ideados en época de Masip y desarrollados con Gabino de Lorenzo. La extensión de la peatonalización del Antiguo no será tan ambiciosa como aquellas, pues se plantea un modelo “blando”. La idea parte de los tiempos del covid, en los que la habilitación de zonas específicas para pasear por la ciudad, durante las restricciones del confinamiento, limitaron el tráfico en algunas calles, como también se hizo en la Losa. Desde entonces, el equipo de gobierno ha estado intentando aprobar el proyecto Pozos-Mendizábal, contratar las obras y ejecutarlas.

El proyecto se enfrentó primero al choque entre los criterios del que era en ese momento director general de Infraestructuras, Ignacio Ruiz Latierro, y el alcalde Canteli. Después, y con las obras a punto de ponerse en marcha, fue Patrimonio quien obligó a paralizar el proyecto, por el tipo de piedra que se iba a emplear en algunos tramos, granito gris en vez de caliza rosada. Con los trabajos ya licitados, el cambio de los materiales obligó a rehacer el proyecto. Ahora, cuatro años después de los primeros planteamientos sobre la peatonalización de este eje, se pondrán en marcha la última semana de julio. En realidad, la obra no comenzará por el eje peatonalizado, sino por la calle Altamirano, donde se mejorará la pavimentación y las redes fluviales de la calle. Tras esta intervención, comenzarán los trabajos previos para acondicionar los servicios en las calles Mendizábal, Ramón y Cajal y Los Pozos. Con un plazo de ejecución de cuatro meses, tras la actividad desarrollada en agosto, la actividad volverá a detenerse. El Ayuntamiento informa de que la obra parará durante las fiestas de San Mateo. Así, lo previsible es que se retome en octubre y pueda finalizar, si se cumple el calendario, antes de fin de año.

La peatonalización de Pozos-Mendizábal ha sido adjudicada a Ogensa con un presupuesto de 1,22 millones, cofinanciada en un 80% por fondos europeos. El modelo «blando» consiste en que permitirá el paso de residentes, taxis y carga y descarga. Las propuestas iniciales que incluían una reforma singular de la Plaza Porlier, recuperando una histórica fuente ornamental que ocultaba un transformador en su interior, han sido descartadas.

Sin autobús para comer

El otro proyecto que comenzará en julio lo hará dos semanas antes, a mediados de mes, pero con un retraso acumulado mucho mayor. La necesidad de un comedor para el colegio público de Ventanielles es una vieja reivindicación vecinal, toda vez que los estudiantes de infantil que disfrutan de este servicio tienen que desplazarse en autobús al edificio principal para juntarse con el resto de alumnos de Primaria. El parvulario, ubicado en el arranque de la calle Río Caudal, está a casi un kilómetro de distancia (850 metros) del otro centro, y ya en el año 2018 existía un proyecto diseñado por el arquitecto Rogelio Ruiz para dar instalar un equipamiento en los terrenos de la propia escuela infantil que resolviera este problema. El encarecimiento de los materiales y la ausencia de concursantes hicieron fracasar varias adjudicaciones y obligaron a modificar varias veces el proyecto. Ahora será la adjudicataria Terra Ingenieros la que se haga cargo de las obras.

El plazo de ejecución también es de cuatro meses en este caso, con un presupuesto de medio millón de euros (590.000 euros), que supone un 60% más de las cifras planteadas cuando salió por primera vez a licitación. La carga de trabajo más molesta y que genera más ruido se circunscribirá a los meses de verano, cuando no hay actividad lectiva. Como se trata de un edificio adyacente al del colegio de infantil, no interferirá en el inicio del curso y se podrán iniciar las clases en septiembre con normalidad.

La obra, destaca el concejal de Infraestructuras, Nacho Cuesta, «supondrá un gran beneficio para los niños de entre 3 y 5 años que hasta ahora tenían que trasladarse en autobús».

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