El jazz rotundo y vitalista de Eliane Elías conquista al Campoamor

La pianista firmó un concierto luminoso, dominado por la música brasileña con una arrebatadora base rítmica

Por la izquierda, Leandro Pellegrino, Eliane Elías, Marc Johnson y Rafael Barata, ayer, en el Campoamor.

Por la izquierda, Leandro Pellegrino, Eliane Elías, Marc Johnson y Rafael Barata, ayer, en el Campoamor. / Fernando Rodríguez

Chus Neira

Chus Neira

Las dos caras de la música de Eliane Elías se pueden escuchar en el lenguaje corporal de la pianista. Son el mecerse en la banqueta, el reclinarse en ella rebosante de felicidad, y son, también, la posición de combate, el gesto de furia, la galopada. Así se la pudo ver ayer encima del escenario del teatro Campoamor, en la última jornada del ciclo Vetusta Jazz, con el teatro a rebosar y acompañada por tres músicos magistrales: el guitarrista Leandro Pellegrino, el bajista Marck Johnson y el batería Rafael Barata.

El concierto se nutrió principalmente de la música brasileña sin escatimar en clásicos del repertorio Jobim-Gilberto, también en las composiciones propias, que conservan todas las raíces de su país, pero ofreció, también, inspirados momentos en los que el sustrato más tradicional del blues tomó las riendas del piano. Así se vio en la arrebatadora introducción –piano solo– con la que introdujo el último bis, "So danço samba", o en "A felicidade", cerca del final, donde la banda, siguiendo de cerca el título de Tom Jobim se dejó tocar, con una facilidad y una euforia contagiosa.

Mención especial merece la base rítmica que la acompaña en esta gira europea que ayer empezó en Oviedo. Marc Johnson, un clásico de la escena, es un contrabajista de sonido tunelador, golpea fuerte y parece querer taladrar el piano con la mirada. El batería Rafael Barata hace magia, blanca y negra, incluso si se desplaza a un set mínimo, solo con una caja, una escobilla, una baqueta y un "shaker", en esa parte del repertorio que Elías convierte en homenaje a la bossa y propone tocar como en aquellos salones de los apartamentos de Río de Janeiro. Ahí, cuando sonaron "Você E Eu", "Eu sambo mesmo" o "Saudade da Bahia" y "Você Ja Foi á Bahia", estas dos últimas de Dori Caymmi, fue una de las pocas veces en que se pudo escuchar la guitarra de Pellegrino, desaparecida el resto del tiempo en una mala mezcla de sonido.

El resto del concierto incluyó canciones de su último disco, como "Falo do amor", dedicada a su nieta, o "At First Sight", y una curiosa versión de "Esta tarde vi llover", de Armando Manzanero, que aprendió de niña escuchando a su madre. Eliane Elías las cantó con dulzura, las tocó con mucha ternura y más vitalidad y dejó al público en pie, coreando a Gilberto e iluminado con una sonrisa.

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