Bollu para todos, con sol y calor en las fiestas de Fitoria

"Ha habido muy buen ambiente, aunque el sábado se fastidió un poco con la lluvia". Lourdes Noval, una de las organizadoras de las fiestas de Fitoria, a cargo de la asociación San Antonio, resumía de forma sencilla el fin de semana de fiestas en el barrio ovetense. Ayer era el último día y tocaba el reparto del bollu y la botella de vino. Un total de 1.600 bollos rellenos de chorizo y sus correspondientes 1.600 botellas de vino con una etiqueta personalizada con el cartel de las celebraciones.

Las fiestas tuvieron un público diverso y podría decirse que transversal, con gente de todas las edades y de muy diferentes lugares de Oviedo, aunque ciertamente, el público se nutría mayoritariamente del colectivo vecinal. "Los niños se han divertido mucho", comenta Isabel López, que se ha dejado caer por el prao de la fiesta todos los días junto a su familia. "Las abrimos y las cerramos nosotros", bromea.

El balance es bueno en general, porque a la hora de divertirse casi nadie pone pegas. Ayer, la temperatura era veraniega, sol y calor, aunque hubo momentos del fin de semana, especialmente el sábado, en que la lluvia lo puso difícil, como explicaba un vecino, José Antonio Santos, listo ya para las últimas horas: "Estaremos aquí un tiempo comiendo y pasando el rato, y cuando nos cansemos, pues todos para casa.

La comida no era el único reclamo para acercarse ayer al prao de la fiesta en Fitoria. Justo después del reparto, diferentes colectivos de música folclórica amenizaron la velada con danza y música tradicional asturiana. "Es la primera vez que venimos a estas fiestas, pero está muy bien montado", afirmaba Juan Casas, integrante de "Esbardu", un grupo de Avilés que cuenta tanto con una banda de gaitas como un grupo de baile tradicional, y que fueron uno de los llamados a la cita.

Finalmente, la noche cerró con la romería y la verbena, terminando así con este periodo estival en Fitoria hasta el año que viene. Unas fiestas en la que público de todas las edades ha podido celebrar, y donde la comida y la sidra, como en toda fiesta asturiana que se precie, no ha faltado en ninguna de las citas de las fiestas del barrio. Al final, todos contentos y hasta el año que viene.

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