Sorprenden a un joven de 20 años haciendo trampas en Oviedo en el examen de conducir con un pinganillo

La Guardia Civil detecta una red de delincuencia organizada que cobra entre 1.000 y 3.000 euros por ayudar a los aspirantes con este método

La sorpresa de un joven de 20 años al ser pillado en el teórico de conducir con un pinganillo y una cámara.

La sorpresa de un joven de 20 años al ser pillado en el teórico de conducir con un pinganillo y una cámara. / Guardia Civil

LNE

La Guardia Civil de Asturias ha sorprendido in fraganti a un varón de 20 años, de nacionalidad marroquí y vecino de Bilbao, utilizando un dispositivo no autorizado durante el examen teórico para la obtención del permiso de conducir. Los hechos ocurrieron a primera hora de la mañana del pasado viernes, durante el desarrollo de las pruebas de control de conocimientos para la obtención del permiso de conducción de la clase B que se realizaron en el aula que posee la Jefatura Provincial de Tráfico en la capital. Su actitud y lenguaje corporal levantó las sospechas de los efectivos del GIAT, presentes en las pruebas mencionadas, por lo que, con el fin de no interferir en el proceso de exámenes del resto de los aspirantes, optaron por intervenir una vez finalizada la prueba.

Tras ser identificado y realizar un cacheo superficial de las prendas que llevaba, comprobaron que, con mucho ingenio y creatividad, ocultaba entre sus ropas un sofisticado sistema de comunicación integrado por un teléfono móvil que incluye tarjeta SIM activada, pinganillo, cable interlocutor y un repetidor, cuya finalidad era conectar todos los dispositivos. Con la utilización del dispositivo de comunicación y una adecuada «puesta en escena», el aspirante a la obtención del permiso de conducción pretendía eludir el control del personal examinador y garantizar un “apto” en la prueba.

El denunciado se presentó a la prueba vistiendo una indumentaria adecuada. La cual adaptó –realizó un agujero en la sudadera- con el fin de esconder el dispositivo de comunicación y enfocar, a través de la cámara del teléfono móvil, las imágenes de la pantalla de ordenador en la cual se visionan los diferentes bloques y preguntas de qué constan los test del examen. Para su correcta comunicación y recepción de imágenes, el denunciado durante el desarrollo de la prueba mantuvo una posición erguida en la silla, logrando de esta forma mantener la alineación de la cámara del teléfono móvil con la pantalla.

Un colaborador experto en este tipo de prueba de normativa de tráfico y seguridad vial situado en el exterior, visionó en tiempo real el test de preguntas y comunicó por voz las respuestas correctas, que el aspirante escuchó a través de un diminuto pinganillo colocado en el pabellón auditivo. Tras el hallazgo, los guardias civiles del GIAT intervinieron los medios ilícitos empleados y formularon denuncia por utilizar dispositivos de intercomunicación no autorizados reglamentariamente en las pruebas para la obtención y recuperación de permisos y otras autorizaciones administrativas para conducir, o colaborar o asistir con la utilización de dichos dispositivos. 

Se trata de una infracción muy grave, recogida en el artículo 77 de la Ley de Seguridad Vial y conlleva sanciones de 500 euros y la prohibición de volverse a examinar hasta transcurridos 6 meses. La actuación se desarrolló en el marco de la colaboración y trabajo conjunto que existe entre la Jefatura Provincial de Tráfico de Asturias y el Sector de la Guardia Civil de Tráfico, para controlar la obtención de manera fraudulenta de la habilitación para conducir vehículos, debido al riesgo para la seguridad vial que este tipo de conductas ilícitas representa.

El interés y la necesidad de obtener un permiso de conducción por parte de ciudadanos -especialmente extranjeros- con problemas para la comprensión y lectura en el idioma español, ha propiciado la existencia de una delincuencia organizada que fijan sus víctimas en este tipo de personas, llegando a cobrar por este método -selección de Jefatura Provincial de Tráfico y día a realizar el examen, la cesión del equipo de intercomunicación y las respuestas correctas en la prueba teórica de control de conocimientos- entre 1.000 y 3.000 euros.