Oviedo se engancha a las cintas del "flag football": fútbol americano sin contacto

La Corredoria acoge una copa femenina de un deporte en auge

A las 11 de la mañana de ayer sonaba bien alta la voz de un comentarista en la grada del Estadio Manuel Díaz Vega. Al tiempo de los primeros compases de su retransmisión en streaming los equipos se preparaban para su primer choque. Pero no eran de fútbol, como suele ser habitual en el recinto deportivo de La Corredoria. Eran de "flag football", o fútbol americano sin contacto, donde para neutralizar al rival no se le placa, sino que se le quita una de las dos cintas que los jugadores llevan en la cintura. Esta variante ha llenado la ciudad este fin de semana con más de 100 jugadoras procedentes de todas partes de España –y también una pequeña expedición portuguesa– para disputar la Oviedo Women’s Flag Football Bowl. La copa, exclusivamente femenina, culmina hoy con los choques por el séptimo puesto, las semifinales y la gran final.

El equipo local, las Oviedo Phoenix, fueron las encargadas de abrir el torneo con su partido contra las Alcobendas Cavaliers. En paralelo, en el tercio de campo opuesto, hacían lo propio las Gijón Mariners contra las Leganés Monsters. Mientras tanto, otros combinados calentaban o echaban un ojo a los partidos. Como las Rookies de Barberá del Vallés, en Barcelona. Y aunque la traducción al castellano de "rookie" sea "novato" ellas son más bien lo contrario. Cuentan con jugadoras muy veteranas y varias internacionales con España, tanto en "flag" como en fútbol americano convencional.

Una de ellas es su capitana, Mónica Rafecas. Lleva más de media vida jugando, 18 años, y ocupa el puesto de quarterback. Es la posición estrella, la que distribuye el juego. "Cada vez hay más nivel en el "flag" y la gente se lo toma más en serio", explica la catalana, que da fe de que desde la noticia de que su deporte será olímpico en 2028 está pegando un subidón considerable. "Incluso la federación nos está poniendo más medios", señala. En su propio equipo nota este despunte, porque la plantilla mezcla a la vieja guardia con la savia nueva de otras que llevan "un año o dos". Tras ganar con España el Campeonato de Europa de fútbol americano convencional junto a cinco de sus compañeras, pone la vista el mundial de "flag football" que se celebra en agosto en Finlandia. "Las chicas somos un poco la esperanza", bromea Rafecas sobre llevar a España al debut olímpico del "flag" en Los Ángeles dentro de cuatro años.

Mientras las Rookies calientan, llega a la grada, ya empezados los primeros partidos, un nutrido séquito. Hay chicos y chicas. Son los Hammers Academy de Porto. Es el primer torneo que va a jugar su combinado femenino, que se ha formado este año. "Queremos que tengan su primera experiencia para que vean lo que es jugar solo con otras chicas", relata Francisco Pereira, entrenador y fundador del club. Aunque sea su estreno en una copa solo para mujeres, ya tienen experiencia en la categoría open, que es mixta. Incluso alguna de ellas y ya tiene recorrido en Brasil y otras ligas. Pero no como Hammers. "Esperamos que sea una buena experiencia para ellas y que se diviertan", confía el entrenador, que ya tenía estudiadas a las contrincantes en la pantalla de vídeo y dice que el nivel "es muy bueno".

Los partidos iniciales concluyen con victoria de ambos equipos asturianos. Las chicas de Oviedo Phoenix retoman el aliento en el segmento central del campo que divide su superficie en dos canchas, satisfechas con el resultado (27-7). "Nunca habíamos jugado contra las Cavaliers y hemos disfrutado mucho", afirmó Sara Álvarez, capitana del equipo, presidenta de la Federación Asturiana de Fútbol Americano e impulsora del torneo. Respecto a ganar el torneo, no se pilla los dedos haciendo augurios: "El nivel es muy alto". Aunque no niega, entre sonrisas, que "aspiraciones las hay".

Y al otro lado de la cancha, las Cavaliers. "Son muy buenas", dice María Carla García, "MK" para los amigos. Descubrió el "flag" en su país y tiene doce años de experiencia. "Muchas del equipo venimos de fuera", detalla, mientras enumera una larga lista de países como México, Colombia o Venezuela. O Panamá, su país natal. "Nos encanta este deporte, nos hace sentir muy unidas como equipo, tanto en femenino como en mixto", admite: "Somos una familia". Ella también se ha dado cuenta del frenético ascenso del fútbol americano sin contacto y le parece "muy bonito" ver crecer un deporte como este, "con valores, para todas las edades y tamaños". "Aquí todo el mundo es bienvenido", invita la panameña.

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