"El camino de la esperanza" vuelve a empezar en Oviedo

Alana de Coaña, interpretada por Isabel San Sebastián, cierra un fin de semana de recreaciones medievales animando a Alfonso II en su peregrinaje a Compostela: "La fe y el valor del rey nos impulsan a no desfallecer"

Isabel San Sebastián lee el pregón de despedida.

Isabel San Sebastián lee el pregón de despedida. / Luisma Murias

"Partiremos hacia poniente, siguiendo el recorrido del sol. En esta ocasión, no es la guerra la que nos llama, sino un prodigio acaecido allá donde la tierra termina", pronunció la escritora y periodista Isabel San Sebastián, en el papel de uno de los personajes de sus libros, Alana de Coaña, en el balcón del Ayuntamiento de Oviedo, antes de que la comitiva del rey Alfonso II partiese hacia Santiago. La historia de ese primer viaje por el Camino Primitivo, que habría cubierto el monarca en la primera mitad del siglo IX (las distintas fuentes discrepan sobre el año concreto), se cuenta en su novela "La peregrina".

Alana de Coaña, que habría participado en esa primera peregrinación, relató al público que se congregó en la última jornada del gran evento centrado en el origen del Camino de Santiago, cómo se gestó el viaje. Antes, contó que nació en el castro de Coaña y que por sus venas "corre sangre astur y visigoda". "Sigo a don Alfonso, el Casto, rey de Asturias, el más grande soberano de la Cristiandad", añadió en el acto enmarcado en el evento "El primer peregrino", que desde el pasado jueves trasladó a los asistentes a la Ovetao del siglo IX.

Al recibir Alfonso II a un joven clérigo, que llegaba "agotado" tras haber cubierto en menos de dos semanas el camino desde Iria Flavia, su rostro "cambió al instante". "Su gesto, hasta entonces apacible e incluso aburrido, se crispó en un rictus de preocupación" ya que, relató Isabel San Sebastián, "todos éramos conscientes de las brutales aceifas perpetradas por las huestes mahometanas en la región, con puntualidad despiadada, coincidiendo con el verano". Pero este no era el caso. El anuncio, dijo Alana, "no hablaba de sangre ni de muerte, sino de vida y esperanza". Hablaba del descubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago en un paraje cercano a Iria Flavia.

Alfonso II, interpretado por Ramón Langa, abandona la plaza del Ayuntamiento a caballo. A la derecha, Ángel Castaño y Vanesa González, con uno de los juegos tradicionales, en la romería que tuvo lugar en el Parque de Invierno. | Luisma Murias

Alfonso II, interpretado por Ramón Langa, abandona la plaza del Ayuntamiento a caballo. / Luisma Murias

La tarde en la que llegó el mensajero, relató, "hacía calor, por lo que don Alfonso no se cubría con manto de armiño o púrpura. Vestía una sencilla túnica de lino basto y manga ancha, rematada en los bordes con cintas color carmesí, símbolo de realeza" y "en la frente portaba la corona con la que fue ungido rey el noveno mes del año 791". El personaje que encarnó Isabel San Sebastián confesó que "tras toda una vida a su servicio, sigo emocionándome al contemplar la magnitud del soberano y la apostura del hombre. Su fortaleza. Su aplomo. Están en él, en el espíritu que traspasa piel y vestiduras, sin necesidad de adornos. Moran en su corazón más que en su espada, por más que esta rara vez se aleje de su mano". Considera Alana que el Alfonso II "se ha ganado con creces el auxilio que el cielo parece haberle brindado al fin con la aparición de estas reliquias".

El monarca, interpretado durante estas jornadas y en las tres últimas ediciones del evento por el actor Ramón Langa, hizo acto de presencia en ese momento en el balcón de la Casa Consistorial, compartiendo con los presentes su contestación al mensajero: "Si lo que os manda decir (el obispo) Teodomiro respondiese realmente a la voluntad del altísimo, estaríamos realmente ante un acontecimiento de incalculable valor para el reino".

Este es, subrayó Alana de Coaña antes de que el monarca subiese a su caballo, "un viaje hacia la esperanza". "‘Marchemos señor hacia poniente, siguiendo el recorrido del sol. El Camino nos aguarda’", apuntó, tras relatar que "los preparativos han sido escasos" y "vamos ligeros de equipaje e impacientes por emprender cuanto antes" el viaje. En esta "piadosa aventura" es, trasladó al público que seguía con atención el pregón, la fe del rey la que "nos mueve y su valor nos impulsa a resistir sin desfallecer".

Con vivas al rey Alfonso II, a Asturias, al Camino y a Oviedo concluyó Isabel San Sebastián su alocución. Un sonoro aplauso resonó entonces. Poco después el rey hacía su aparición en la plaza con sus escuderos. Se subía a su caballo y emprendía, junto a su comitiva, el recorrido por la calle Magdalena enfilando hacia Arzobispo Guisasola. En Muñoz Degraín el cortejo real giró hacia la avenida Pedro Masaveu hasta el Parque de Invierno.

Malabaristas y zancudos formaron parte de la comitiva en un recorrido que se concibió para recrear una minietapa de la ruta jacobea. Allí se celebraron los últimos festejos conmemorativos de la partida de Alfonso II a Santiago, en un trayecto que se considera que es el que dio origen al Camino Primitivo. En la llamada romería alfonsina, la ambientación musical corrió a cargo del grupo Los Gascones.

El grupo «Los Gascones» ameniza la romería. | Luisma Murias

El grupo "Los Gascones" ameniza la romería. / Luisma Murias

En diferentes espacios de la zona acotada para la celebración se dispusieron diferentes juegos tradicionales. La llave, los zancos y el tiro de herradura fueron varios de ellos. "Son juegos caseros y artesanales", manifestó Vanesa González, de Va de verde y azul.

Son, dijo, "juegos intergeneracionales. Niños y adultos se juntan en torno a ellos". González aseguró que a los más jóvenes les encantan: "Se pasan horas con estos juegos, que nada tienen que ver con el mundo tecnológico". Para su elaboración se ha utilizado madera, piedra, hierro y cuerda. A unos metros, la menorquina Mariola Luque y su familia disfrutan con los juegos tradicionales. "Llegamos el sábado y estuvimos en los actos programados ese día. Nos gustó y hoy (por ayer) decidimos venir hasta aquí".

Con teatro infantil y música concluyó "El primer peregrino", que celebró el sábado una recreación, en la que se repasaron acontecimientos del reinado de Alfonso II, incluida su peregrinación a Santiago. El evento, que se enmarca en el proyecto del Ayuntamiento "Oviedo, origen del Camino", incluyó unas jornadas gastronómicas de los tortos, con la participación de la patronal hostelera Otea. Durante estas jornadas, hubo exhibiciones y talleres sobre el Ovetao del siglo IX, con actividades destinadas a niños, y música. Entre las novedades incorporadas en esta cuarta edición figuraban las visitas guiadas teatralizadas.

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