Entrevista | Juan Pérez Ganador del premio "Roberto Parga" a la pieza única de la Feria Nacional de Cerámica CER.0 de Oviedo

"La cerámica es cotidiana y funcional, y a la vez muy creativa, y eso es algo sorprendente"

"Grandes artistas han trabajado la alfarería: Picasso, Tàpies, Miró o Chilida, pero no hay tantos ceramistas que hayan hecho arte"

Juan Pérez, entre sus obras, en la exposición que presentó el año pasado en el Barjola de Gijón.

Juan Pérez, entre sus obras, en la exposición que presentó el año pasado en el Barjola de Gijón. / Marcos León

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Juan Pérez (Oviedo, 1962) ha sido el ganador de la última edición del Premio "Roberto Parga" a la pieza única, que otorga la Fundación Municipal de Cultura de Oviedo en el contexto de la Feria Nacional de Cerámica Creativa CER.O, que se celebra en la capital asturiana. "Cabeza", la obra galardonada, es una pieza escultórica, realizada en arcilla refractaria, con engobes y esmaltes, y sometida a un proceso de tres cocciones. Forma parte de la serie "De lodo". Juan Pérez imparte clases en una escuela de la Diputación de Extremadura y tiene su taller en Plasencia. Sus obras han entrado en colecciones públicas y privadas. No ha perdido la vinculación con Asturias, aunque lleva mucho tiempo fuera: a la feria de Oviedo vino de la mano del galerista local Pedro García, de Dos Ajolotes, y en algunas de sus esculturas ha utilizado antiguos calcos con motivos chinescos de la histórica fábrica de loza de San Claudio.

–Las cabezas son un motivo recurrente en su obra.

–Hay un ceramista gallego, Xavier Toubes, que suele exponer en Arco y que es una referencia muy importante para la cerámica contemporánea, también para mí. De ahí viene. Mis cabezas son un gran homenaje al individuo, un individuo anónimo que podría ser cualquiera.

–¿Siempre le interesó la cerámica creativa?

–En la Escuela de Cerámica de Madrid, donde estudié, la formación era diversa, pero la mayoría de los estudiantes tendíamos hacia lo creativo. La creatividad y la funcionalidad no suelen ir de la mano, salvo en la cerámica oriental, que conjuga la mayor expresión plástica con la máxima funcionalidad. En el norte de Europa también son más receptivos.

–¿Está bien considerada la cerámica en el mundo del arte?

–Ahora está viviendo un momento dulce. Por eso era tan importante tener una referencia como Toubes, que es un ceramista. Ha habido grandes artistas que han trabajado la alfarería: Picasso, Tàpies, Miró o Chilida, que tiene unas piezas fantásticas, pero no hay tantos ceramistas que hayan hecho arte. Antes una obra cerámica creativa tenía que estar muy bien respaldada, por una firma, y ahora se le presta más atención, como un medio noble. En Oviedo, yo también he contado con la escenografía de Pedro García para presentar la obra.

–Sobre un libro abierto.

–Un libro en el que estaban representadas puntas de lanza, de sílex, una referencia a las islas Cícladas, que le daba un enfoque más primitivista.

–¿Qué cualidades tiene la cerámica que la hace tan interesante desde el punto de vista creativo?

–Es un material muy entrañable, que siempre ha estado en el ajuar doméstico. Se suele jugar con su doble personalidad. La cerámica es cotidiana y funcional y, a la vez, muy creativa, y eso es algo sorprendente. En los alfares siempre ha habido juegos con esa doble naturaleza y espacio para la ironía.

–La cerámica está de moda y mucha gente quiere iniciarse en ella.

–Siempre ha habido una cierta demanda y ahora hay más. La cerámica es muy inmediata, tiene un proceso tecnológico relativamente sencillo, pero exige un cierto conocimiento. Es un reto, hay unos límites, puedes acercarte pero no sobrepasarlos: con distintas materias primas consigues un vidriado transparente que impermeabiliza la superficie de la pieza, con determinada atmósfera el esmalte pasa a un estado metálico...

–¿Es difícil?

–Una persona puede aprender rápidamente la técnica y conseguir los resultados que anda buscando; otra puede ser más pausada, empezar a experimentar y esperar a que una técnica le acabe seduciendo. Hay gente que llega a la cerámica y muy rápidamente encuentra un camino; es tan diversa que puedes encontrar rápidamente un ámbito donde nadie haya trabajado.

–¿Hay conexión entre los ceramistas de toda España?

–Yo estoy algo desconectado. Funcionan muy bien los cursos intensivos, como puntos de encuentro. En Gijón, por ejemplo: allí yo estuve con el ceramista mexicano Gustavo Pérez.

–¿Cuál es la tendencia actual en cerámica creativa?

–Como algo muy llamativo, a mí me gusta Jun Kaneko, un ceramista japonés que vive y trabaja en Estados Unidos. Su obra es una mezcla de los dos mundos, una obra prodigiosa en tamaño.

–¿Hay espacio para la cerámica en los museos y las colecciones de arte?

–Ahora empieza a ser más fácil, sus precios están empezando a ser competitivos; antes era impensable.

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