Fallece a los 72 años Beni Miyares, "artista total" y pionero de la música andina en la región

Prodigio de la flauta, fue cofundador del grupo "Mate" y en 1973 protagonizó un famoso viaje por África con el guitarrista carbayón Víctor Luque

Beni Miyares, delante de LA NUEVA ESPAÑA, en 2023.

Beni Miyares, delante de LA NUEVA ESPAÑA, en 2023. / Luisma Murias

Viendo actuaciones de Freddie Mercury en la tele y tarareando una y otra vez sus canciones favoritas. Así pasó sus últimos tiempos en una vivienda del centro de Oviedo Beni Miyares, "flautista brillante y artista total", según explican sus colegas mientras esperaba el desenlace de una lucha de tres años contra un cruel cáncer de pulmón. El que fuera cofundador de "Mate", el primer grupo asturiano de música andina que dio la campanada en el concurso musical organizado por la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF) en la plaza de toros de Oviedo en 1970, falleció este martes a los 72 años de edad, dejando un enorme legado de amistad y recuerdos entre quienes siguieron de cerca una trayectoria vital y musical "tan singular como virtuosa".

Miyares nació y se crio en pleno corazón de Oviedo. Fue uno de los siete hijos de un matrimonio formado por una maestra y un funcionario municipal de la capital asturiana. Creció entre amigos, con la plaza de la Gesta como epicentro de sus encuentros y escapadas por las enormes praderas y bosques existentes en lo que hoy serían el parque de Invierno o La Manjoya.

Su vinculación con la música comenzó siendo apenas un niño. Fue cantor de la escolanía de Covadonga entre los 8 y los 11 años. Más tarde, comenzó a improvisar agrupaciones musicales con varios chavales con los que tejió amistades en el Instituto Alfonso II y la parroquia de San Francisco, donde el párroco, don Óscar, dio todas las facilidades para despertar vocaciones musicales.

Fue en 1970 cuando surgió en ese ecosistema "Mate", el primer grupo asturiano de música andina. La flauta de Miyares se sumó a la de Escipión de la Rosa, el banjo de Armando Astudillo, el bajo de Miguel Balbín, la guitarra de doce cuerdas de Kike Garzón y el bongó de Carlos Genicio. Su conjunción dio la campanada el 26 de septiembre de ese año, cuando fueron declarados ganadores del concurso musical organizado por la Sociedad Ovetense de Festejos. "Fuimos el único grupo no profesional que ganó aquel concurso y en parte fue porque Beni era un prodigio con la flauta", explica Miguel Balbín, quien no tiene más que buenas palabras para quien fuera su amigo y compañero de recitales.

La versión del tema "El cóndor pasa", de Facio Santillán, y la canción "Kumbayá, my lord" catapultaron a la gloria a este grupo e música andina que se embolsó 10.000 pesetas. En los años siguientes fueron entrando en el grupo Javier (flauta) y Roberto Vigil-Escalera (guitarra) para sustituir a los componentes que fueron apartándose por motivos de estudios o trabajo. Concretamente, en el verano de 1972, Beni giró con el grupo por Europa, con actuaciones en ciudades como París o Amsterdam.

En 1973 Miyares posó para LA NUEVA ESPAÑA junto a Víctor Luque, guitarrista carbayón fallecido en marzo del año pasado. El motivo fue una expedición a África en busca de ritmos africanos. No tuvieron mucho éxito en su objetivo inicial, pero la aventura fue sonada, pues a la vuelta abrieron un pub en Fuengirola, donde triunfaron con su música y "Mate" también dejó su sello.

Miyares, que durante muchos años vivió en Bueño (Ribera de Arriba) y también frecuentaba una casa familiar en Toraño (Parres), que resultó calcinada por un incendio el pasado año, jamás dejó la música de lado. Aunque trabajó como carpintero y montador de muebles, nunca dejó de tocar e incluso actuar. "Su vida no era más que la música", sostiene Armando Astudillo, el cual recuerda al fallecido como "un hermano".

Su también amigo, el profesor del Conservatorio Roberto Martínez Vigil-Escalera, coincide en destacar su gran faceta humana. "Tenía un tono jocoso que sacaba en cualquier situación. Era una persona singular, que conocía todo Oviedo", indica el docente, a cuyo estudio solía acudir Miyares en los últimos años de su vida para tocar. "En esta última fase le daba por los clásicos", apunta.

Otra de sus amistades, el cantautor Jerónimo Granda, también alabó ayer su figura. "Era un bohemio de Oviedo. Una persona agradable de las que ahora escasean", valoró acerca de un Miyares para el que la familia tiene previsto dar una despedida íntima. "Nosotros también haremos algo privado. Se lo merece", apunta, emocionado, Armando Astudillo.