Un legado que atraviesa el Atlántico: los descendientes de Luis Prieto Bances vuelan desde México para visitar el paseo del Campillín dedicado al arquitecto

Las razones de cruzar el charco son varias: visitar la región, celebrar el 60.º aniversario de sus nupcias y que las nuevas generaciones de la saga asturmexicana conozcan el legado familiar en Asturias

Por la izquierda, Luis Javier de la Madrid, Inés Pizzuto, Carlos Prieto, María Isabel Prieto, Isabel Prieto, Isabel de la Madrid, Ana Prieto y Enrique de la Madrid, ante la placa del paseo dedicado al arquitecto Luis Prieto Bances, en el Campillín.

Por la izquierda, Luis Javier de la Madrid, Inés Pizzuto, Carlos Prieto, María Isabel Prieto, Isabel Prieto, Isabel de la Madrid, Ana Prieto y Enrique de la Madrid, ante la placa del paseo dedicado al arquitecto Luis Prieto Bances, en el Campillín. / Luisma Murias

Ayer al mediodía una señora se acercaba, en el Campillín, a una de las placas de bronce del callejero ovetense. La miró con atención y, con su móvil, le sacó una foto. Podría haberse confundido con una turista curiosa si no fuera por el detalle de que fotografió el paseo del arquitecto ovetense Luis Prieto Bances y porque ella es María Isabel Prieto, su hija, que acababa de aterrizar en Asturias directamente desde México. Las razones de cruzar el charco son varias: visitar la región, celebrar el 60.º aniversario de sus nupcias y que las nuevas generaciones de la saga asturmexicana conozcan el legado familiar en Asturias.

"Mi padre era un hombre inteligentísimo, cultísimo e interesado en tantas cosas...", recuerda con alegría, a la par que nostalgia María Isabel Prieto, mientras mira la placa del paseo. La hija del ingeniero que proyectó el Campillín o la iglesia de San Francisco, en la plaza de la Gesta, entre otras muchas obras, describe a su progenitor como un hombre "nada presuntuoso, muy modesto y siempre metido entre libros y diseño". Además de planos y compases, también despuntaba el entusiasmo por Asturias. "Adoraba la región, su gran pasión, y su Oviedo natal en particular", narra la hija.

Ella no nació en Oviedo, sino en Madrid, donde Luis Prieto Bances fue de joven a estudiar la carrera de Arquitectura. A pesar de que terminó estableciendo su residencia en la capital de España, Prieto Bances venía "constantemente" a Asturias y, junto a él, María Isabel, o alguno de sus cuatro hermanos.

Mientras cuenta detalles de la vida de su padre, van llegando otros miembros de la comitiva. Entre ellos está su marido, el famoso violonchelista Carlos Prieto; la hija de ambos, Isabel Prieto, y el marido de esta, el político del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique de la Madrid, hijo del expresidente del país azteca Miguel de la Madrid y aspirante a liderar la coalición "Va por México" .

La familia Prieto, paseando por el parque. | Luisma Murias

La familia Prieto, paseando por el parque. | Luisma Murias

Las raíces de Carlos Prieto también se remontan a Asturias. Su padre, Carlos Prieto Fernández de la Llana, nació en Oviedo y conoció a su madre, Cécile Jacqué Daumas, por la vía musical. La francesa, hija del director de la Fábrica de Explosivos de La Manjoya, formaba un grupo junto a este y un tío que buscaba un violinista para formar un cuarteto. Y ahí entró su padre.

"A mi padre le llamó su tío, Adolfo Prieto, que dirigía la Fundición Monterrey, para que hiciera un trabajo de tres meses en México", relata el músico. Le gustó tanto el desempeño laboral a Adolfo Prieto que al final su padre se quedó ocho años. Pasado ese tiempo volvió a Oviedo y se casó con Cecile Jacqué Daumas en San Miguel de Lillo, una de las iglesias del prerrománico del Naranco, antes de regresar al país latinoamericano y formar una familia. Precisamente, el templo donde contrajeron matrimonio sus padres era la siguiente parada del tour de la familia asturmexicana.

Los bisnietos llegaron a cuentagotas al punto de encuentro. El primero fue Luis Javier de la Madrid junto a su esposa, Inés Pizzuto; después lo harían las benjaminas, Isabel de la Madrid y Ana Prieto. Y en ellos estaba la clave del viaje, porque para los jóvenes estos descubrimientos del legado familiar eran novedad e iban mucho más allá de la placa del callejero.

El periplo de la familia viró por la tarde hacia Ribera de Arriba. Tras una comida en Tellego, en Casa Cristina, siguieron remontando el discurrir de las raíces genealógicas tanto de Carlos como de María Isabel. Las de ambos concurren en el Palacio de los Prieto, ya que tienen en común un antepasado muy lejano, Pelayo Prieto. El edificio más emblemático de Bueño, hoy restaurado y reconvertido en la Casa de las Artes del Consistorio riberano, perteneció al violonchelista hasta el año 2017. La calle principal de la localidad, dedicada al padre del músico, fue la guinda para que los más jóvenes de la saga asturmexicana constatasen que su legado es tan extenso que cruzó el océano Atlántico.

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