Opinión | Con vistas al Naranco

¡Arderán los postes!

En torno a las crónicas locales, en vísperas de un gran partido

Ricardo Vázquez Prada, Tomasín, tenía columna diaria, "Gotas de Tinta", en que volcaba su pensamiento supuestamente de "extrema derecha" si bien abundaban sentimientos nihilistas ("Ni capitalista ni comunista sino todo lo contrario", "¿Qué dirá el hombre de la fesoria?"…) Precisamente por uno de esos aforismos inclasificable maniqueamente, "Milín, come y calla", hubo de sentarse en el banquillo del Juzgado Municipal de la ovetense calle Quintana, donde fue absuelto tras una impecable defensa de Mín Estrada. "Milín" era a todas luces Emilio Romero, director del periódico "Pueblo", propiedad del entonces Sindicato Verticato.

Ricardo era personaje curioso. Cuando pusieron bomba en mi coche, noche de 21/8/78, por simple amistad, pues había colaborado en "Región" con algunas crónicas operísticas que no quise pagara, se puso por su cuenta a indagar a los terroristas culpables hasta ofrecer tres nombres de "Guerrilleros de Cristo Rey", uno pariente suyo y los otros dos, Tartiere y Barthe, primos de primos míos. Sus libros y muchos de sus artículos eran esencialmente mejorables hasta el punto de que el director del IDEA, hoy RIDEA, J. E. Casariego, también de derecha extrema, que le llamaba a escondidas "Prosa perversa", se ofreció a corregir antes de que fueran públicos, lo que ofendió grandemente a Ricardo. Uno de aquellos aforismos de mayor éxito fue "Arderán los postes", cuando deseaba subiese "el jorobu" al marcador de Buenavista, que incluso utilizaba para animar las salidas del Oviedín a los terrenos de juego de Chamartín, el Metropolitano o Las Corts. El material de madera de las porterías era susceptible de quema, aunque jamás ocurrió, pero, ad cautelam se cambió por metal ignífugo, aluminio, PVC, polietileno, polipropileno o policarbonato. Los nuevos mandamases estaban ya seguros de la integridad de las porterías hasta que un tal Puskas ("cañoncito pum") abolló una de histórico remate. En cualquier caso, en Cornellá este domingo, tal sostenía Tomasín, ¡arderán los postes! con un Oviedín imparable digno de la afición de todos los que seguimos nuestros colores.

Suscríbete para seguir leyendo