El Eibar-Oviedo se verá en el buque más grande de la historia de España: la sorprendente historia oviedista de Pablo Suárez

El ovetense, guardamarina del portaviones Juan Carlos I, seguirá el partido del domingo desde las aguas de Suecia: "Allá adonde voy trato de contagiar mi oviedismo a todo el mundo"

Rosa, Pablo y Francisco Javier Suárez.

Rosa, Pablo y Francisco Javier Suárez. / LNE

Nacho Azparren

Nacho Azparren

“Solo puedo contestarte por whatsapp porque la wifi del barco solo deja mandar mensajes”. La comunicación con Pablo Suárez se complica mientras está de misión, pero su única preocupación esta semana es ingeniárselas para seguir el domingo el trascendental Eibar-Real Oviedo desde Ipurúa. "En principio el domingo deberíamos llegar a Malmoe (Suecia). A ver si así puedo seguir el partido por alguno de los ordenadores o si estamos cerca de la costa a ver si llegan datos desde Suecia", cuenta Pablo. Y uno puede imaginárselo cruzando los dedos desde la cubierta del Juan Carlos I, el portaviones más grande que se ha construido en la historia de España.

Desde el Juan Carlos I también navega el sueño del ascenso del Real Oviedo. Y lo hace por culpa de Pablo Suárez, un ovetense de 22 años que entre sus pertenencias a bordo guarda una con especial esmero: la camiseta de su Real Oviedo. En plena misión "Dédalo 24" por aguas nórdicas, el seguidor azul tratará de enterarse del desenlace de la fase regular este domingo si la cobertura se lo permite.

La familia, en el Tartiere

La familia, en el Tartiere / LNE

Como la comunicación se hace complicada, es su madre, María Rosa Suárez, la que relata la historia de Pablo a LA NUEVA ESPAÑA. Cuenta que en su familia no hay antecedentes militares, pero que sus dos hijos han optado por el mismo camino. Pablo, el mayor, "ingresó hace 4 años en la escuela naval militar de Marín (Pontevedra) para el doble grado: la carrera militar e ingeniería". El pequeño, Miguel, de 20, "es militar, él en tierra, con destino en San Sebastián". "Para poder entrar en estas Academias se necesita un expediente prácticamente de 10, tanto en Bachiller como en Selectividad", resalta su madre. "Y ambos terminaron estudios de piano en el Conservatorio de Oviedo", añade.

Pero vayamos a lo del oviedismo, que eso sí que viene heredado. "Soy yo la que les metí en esto", subraya orgullosa. "Somos una familia muy ‘blue’. Yo me enganché en el antiguo Tartiere. ¡Menudos recuerdos! Ay, aquel partido contra el Génova...". Y detrás le siguieron su marido, Francisco Javier Suárez, y sus dos hijos.

"El pequeño viene siempre que puede desde San Sebastián al estadio. Y a Pablo siempre le mantengo yo informado: le voy contando el resultado, le mando fotos... A veces tarda días en poder abrirlo, pero está muy pendiente. Lo vive", cuenta Rosa, que tiene una espina: "Pablo nació en 2001, el año del descenso de Primera. Y siempre tenemos la cosa de que lo vean en Primera. Ojalá sea ya".

Pablo Suárez, con su madre

Pablo Suárez, con su madre / LNE

"Allá a donde voy trato de contagiar mi oviedismo a todo el mundo", confirma él. Y lo demuestra su madre con una anécdota: "El año pasado estuvo en el buque escuela Juan Sebastián Elcano y se llevó la camiseta del equipo, claro. Cuando fuimos a verle, todos nos repetían al saludarnos: ‘¡Hala Oviedo!’".

Pablo ocupa su semana entre sus quehaceres en el Juan Carlos I y los nervios propios a un partido en el que te juegas la temporada. Al menos, su intención de seguir el choque de Ipurua parece más cerca. Es su madre la que confirma la buena noticia: "Me acaba de escribir Pablo y me dijo que el domingo le van a poner en el Juan Carlos I el partido del Oviedo. ¡Está muy contento!".

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