Así fue la fiesta del oviedismo en la plaza Pedro Miñor: ¿Penalti para el Racing? Que no, que el Oviedo está en play-off

La tensión fue máxima hasta que, con el final en Villarreal, estalló la alegría

VÍDEO: Locura en las calles de Oviedo tras conseguir meterse en el play-off de ascenso a Primera

Antonio Lorca

Antonio Lorca

Antonio Lorca

La televisión dejó de importar con el tercer gol del Eibar. Lo de ganar en Ipurúa se había puesto muy difícil y al Oviedo le sostenía en el play-off de ascenso la derrota del Racing en el campo del Villarreal B. Así, la atención de la afición azul congregada en la plaza de Pedro Miñor, en Oviedo, estaba centrada en Castellón. En uno de los bares de esa plaza, una hinchada que tocaba con la yema de los dedos el sueño, se vino abajo en el momento en el que alguien gritó: "¡Penalti para el Racing!". No podía ser. Todo eran camisetas azules con gente echándose las manos al rostro. "¿En serio? ¿Penalti? ¡Otra vez, no!", se oía. Pero si la voz que dijo "penalti para el Racing" pareció venir directa del mensajero del diablo, la siguiente, la que chilló "¡que no, que no lo pita!" sonó a música celestial. Ya no quedaba tiempo para casi nada más. Un instante. Solo unos segundos y, aunque se hicieron largos, pasaron. Y el Oviedo, al play-off.

Lo que sucedió a continuación es difícil de explicar sin tener en cuenta los disgustos que llevan acumulados en los últimos años los aficionados del Oviedo, al que se le has resistido siempre el play-off. Mucho tiempo sin tener tan cerca la Primera División y ahora, al menos, el oviedismo va a poder ver a su equipo luchar por la única plaza que queda en juego en la máxima categoría. Todo parece posible y así lo celebraron: saltando, cantando e incluso bañándose en la fuente de una plaza que ayer lució de un azul intenso.

La tarde, soleada, amable, invitaba al optimismo y pronto, a las 17.00 horas, era ya difícil encontrar un hueco donde sentarse para seguir el partido –los partidos– que iban a decidir la suerte del Oviedo. En una de ellas, Mari, Patri y Noelia Covián, junto a Dana Sánchez y Sidney Tomás Covián, no parecían albergar duda alguna de lo que iba a suceder. "Vamos a ganar", coincidían con una tranquilidad que comenzó a desaparecer en cuanto el colegiado –por cierto, ya bajo sospecha antes del comienzo del encuentro– pitara el inicio del duelo ante el Eibar. Otra coincidencia en esa mesa y en muchas otras consultadas era en que el hombre llamado a ser protagonista de la tarde era Paulino, al que todas ellas veían marcando. Y si había algún otro gol, "pues de Masca".

Cerca de este grupo estaba uno en el que Nico Menéndez, Miguel Celestino, Diego Gutiérrez, David del Río, Miguel Benito, Illán Fernández, Sergio Gago y Marcos Suárez apuntaban a que los goles serían cosa de Bastón, "por inesperado" y por "la ley del ex", y de Alemão, porque sí. Benito, además, señaló que en juego estaba un concierto de "Duki" en el Bernabéu. Cayó el Oviedo, pero pasó, por lo que el que perdió fue "Duki". La placidez de la tarde se tornó en tensión. Mucha tensión. Pero al final llegó el éxtasis de una hinchada que "está loca" por ver al Oviedo en Primera.

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Pablo González