Los azules, en la lucha por el ascenso

Así se fraguó el "Asturias, patria querida" que emocionó al Tartiere: "Nos avisaron dos días antes"

Los gaiteros que interpretaron el himno asturiano, "emocionados": "Fue incomparable"

Así ha sonado el himno de Asturias en el Carlos Tartiere

Noé Menéndez

Muchos fueron los actores que hicieron del pasado domingo un día para la historia del Real Oviedo. El goleador Alemão, el entrenador Carrión, el ídolo Melendi, los 29.297 hinchas azules que colorearon como nunca las gradas del Carlos Tartiere… y, por supuesto, los casi setenta gaiteros de la Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo que bordaron el Asturias Patria Querida más emotivo que se recuerda en el templo oviedista.

"Fue muy emocionante para todos ver a toda la gente cantando", confiesa José Manuel Fernández Gutiérrez, conocido por su apodo, Guti. Gaitero Mayor del Real Oviedo desde enero de 2023, Guti es, asimismo, uno de los directores de la Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo, a la que se encargó de dirigir sobre el domingo sobre el césped del Tartiere en los prolegómenos del partido contra el Espanyol. Lo hizo "sin nervios, pero con mucha responsabilidad": "Es algo tan importante que no te da tiempo ni a sacar tus sentimientos, tienes que estar muy concentrado".

Oviedista de pro, jamás olvidará una tarde "única e incomparable" en la que contaron con un telonero de excepción, Melendi, que entonó el himno oficioso del Oviedo, "Volveremos", haciendo saltar más de una lágrima y disponiendo una atmósfera de máxima emotividad que contribuyó a inflamar aún más el Asturias Patria Querida. No todos los gaiteros, no obstante, sabían de la actuación de Melendi. "Flipé cuando apareció. Soy súper fan y me pilló por sorpresa", asegura Marina Méndez, aún extasiada tras vivir "un ambiente que no había visto nunca" que quizá sirva para alimentar su interés por el fútbol, escaso por mucho que lo lleve en la sangre: "Mi abuelo Fernando es el socio número 11 o 12. Para él el Oviedo es lo más grande, si ascendemos le da algo de la emoción".

Gerardo Fernández coincide con sus compañeros de la Real Banda de Gaitas en que nunca había vivido nada igual: "Ya había tocado en dos derbis contra el Sporting, pero esto fue otra cosa". Tan oviedista como pesimista ("siempre lo veo crudo y luego, por lo menos últimamente, acaba saliendo siempre bien, ya intento verlo mal por pura superstición"), pisar el Tartiere con su gaita al hombro es para él un "orgullo", tanto que acostumbra a emocionarse, aunque el domingo logró contenerse. "Me costó mucho, estuve a punto de echarme a llorar", confiesa.

Aunque la actuación acabó saliendo redonda, lo cierto es que el margen de preparación fue escaso. "Nos avisaron el viernes por la tarde de que íbamos a tocar, solo con dos días de antelación. En cuanto nos lo propusieron, todo el mundo se apuntó", cuenta Fernández. En la víspera del partido, los gaiteros ensayaron en el Tartiere, "para asegurarnos de que el sonido estaba bien", y veinticuatro horas después estaban haciendo sonar el himno de Asturias delante de casi 30.000 personas.

El del Espanyol, quién sabe, quizá no sea el último Asturias Patria Querida de la temporada. "Cuando el Oviedo subió a Segunda B en 2009, la banda tocó en el Ayuntamiento", rememora Fernández. Preguntado por qué supondría para él hacer sonar su gaita en el festejo de un ascenso azul, Fernández, oviedista desde la misma cuna, toma aire y suelta un largo resoplido: "Puede ser la leche".

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