El consejo de Keith Thompson, jugador del último Oviedo que ascendió a Primera, a los jugadores: "Que disfruten este momento"

"Para mí, de los cuatro equipos que se clasificaron para el play-off el mejor es el Oviedo y el más difícil era el Eibar, pienso que suben"

Keith Thompson, debajo de la bandera de apoyo al Oviedo instalada en el Ayuntamiento.

Keith Thompson, debajo de la bandera de apoyo al Oviedo instalada en el Ayuntamiento. / Luisma Murias

Antonio Lorca

Antonio Lorca

A Keith Thompson (Birmingham, Inglaterra, 1965) el fútbol, además de una profesión, le dio la ciudad en la que se establecería y formaría una familia. Estuvo tres temporadas en el Oviedo, vino del Coventry y volvió al Coventry. Jugó en el Avilés y en Hong Kong, pero hasta cuando agotó su carrera futbolística en las filas del Toledo tenía clara una cosa: viviría en Oviedo. Aquí experimentó la mayor explosión de alegría que había sentido antes y que sentiría después. El ascenso de 1988 es algo que los protagonistas jamás olvidarán, una sensación que Thompson define como "si estuvieras dentro de una película" y que en unos días se puede repetir si el Oviedo hace bueno el 1-0 del partido ante el Espanyol en el Tartiere.

–Cuéntele a lo s jugadores del Oviedo de ahora lo que les espera el domingo si suben.

–Si suben... jajajajaja... que se preparen. Creo que como no ganen la Champions no van a ver nada igual. El piloto del avión en el que veníamos dio una vuelta para que viéramos la autopista. Tuvieron que cortar un carril, tardamos más de tres horas en llegar al Ayuntamiento. Fue increíble. Nunca había vivido nada igual. Oviedo es muy futbolera. A día de hoy, la gente todavía me para, me habla, me siguen saludando. Increíble.

–¿Qué se le pasa por la cabeza en un momento así?

–Te da la sensación de que estás en una película. Yo tenía 22 años, fue una cosa surrealista, no te das cuenta de la importancia que tiene, ahora lo valoras más todavía. Subir de Segunda a Primera es otro mundo. Es estar con los mayores, no era consciente.

–¿Ha vivido algo similar?

–Nada que ver, gané dos Copas de Asia, pero no tiene absolutamente nada que ver.

–¿Oviedo es especial en este sentido?

–Sin desmerecer a otros sitios, lo que es en Segunda hay pocos campos tan llenos, con este ambiente. El del Eibar mismamente. Sin desmerecer a nadie, pero no es lo mismo. Es diferente ahora y lo era antes. La locura es igual. Antes, sí es verdad que era gente más mayor y ahora son más jóvenes. El Oviedo se hereda. La gente está loca igual.

–¿Le da la sensación de que dentro del equipo, en cuanto al grupo, es diferente antes a como lo es ahora?

–No estoy ahora mismo muy cercano a los futbolistas, pero se nota que tienen un buen ambiente. Eso es fundamental para subir. Hay muchos equipos con buenas expectativas que no llegan, es clave llevarse bien. Nosotros salíamos juntos a cenar, estábamos en la casa del uno o del otro. Hacíamos nuestras fiestas, convivíamos. Si están ahí es porque lo tienen. El buen ambiente no lo es todo pero es algo importante.

–¿Siguen haciendo cosas juntos después de todo ese tiempo?

–Con los veteranos es diferente. Chus Hevia está intentando organizar una quedada. El otro día vino Julià, que vivió conmigo cuando estábamos en el Oviedo, y estuve con él. Chus Hevia está en ello. Sería genial que nos juntáramos todos un día.

–¿Le daría algún consejo a los jugadores ante lo que tienen por delante?

–Muy fácil: que disfruten este momento. Así van a estar más relajados, no sabes si vas a pasar otra vez por esto, así que, tienen que aprovechar. Si siguen jugando igual, yo creo que el Oviedo va a subir. Para mí, de los cuatro que se clasificaron para jugar el play-off el mejor equipo es el Oviedo. En mi opinión, el equipo más difícil era el Eibar, quiero pensar que el Oviedo va a estar en Primera el año que viene.

–¿Suele ir al campo?

–Me gusta verlo por la televisión y no hablar con nadie. Aunque mi hijo me ha dicho que si subimos quiere hacerse socio.

–¿Cómo fue su historia para acabar viviendo en Oviedo?

–Me marcó mucho cuando vine, viví una experiencia maravillosa. Cuando me fui, siempre tenía pensado volver a Oviedo. Me gustó mucho España, fueron muy amables conmigo y cuando vienes a un sitio así tan joven es algo que te marca. Además, yo vivía en Birmingham, una ciudad industrial, muy grande, y la verdad es que no hay color entre vivir en un sitio y en otro.

–¿Se arrepiente?

–Que va, que va, si en mi familia somos todos ovetenses. Tengo un hijo que juega al fútbol, está ahora jugando la promoción de ascenso a Segunda Federación con el Moscardó. Una hija se está preparando para jueza, y otros dos hijos que están en Primero Bachillerato y Primero de la ESO. Mi mujer trabaja en el Palacio de Granda.

–¿A qué se dedica ahora?

–Tuve un negocio de deportes, los últimos años estuve trabajando también en el Palacio de Granda, estuve allí 17 años. Ahora tengo una agencia de futbolistas.

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