La historia de Inmaculada Riesgo, Vaqueira de Honor: “Siempre me he sentido orgullosa de mi ascendencia”

La gerente de Embutidos La Unión recogerá el galardón en el Festival Vaqueiro de Aristébano el próximo 28 de julio

Inma Riesgo junto a su abuelo Ladislao Riesgo, en su primera Vaqueirada en Aristébano

Inma Riesgo junto a su abuelo Ladislao Riesgo, en su primera Vaqueirada en Aristébano / LNE

Ángela Rodríguez

El apellido vaqueiro es lo más notorio pero, tras el nombre, hay una infancia ligada a la cultura vaqueira que hacen de Inmaculada Riesgo una digna galardonada. El Consejo Rector de La Vaqueirada la ha nombrado, este año, “Vaqueira de Honor”, un reconocimiento que se hará oficial el próximo 28 de julio, en la braña valdesana de Aristébano que acoge anualmente uno de los más importantes festival vaqueiros del país. 

Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1965, la de Aristébano es una fiesta multitudinaria, con boda incluida, que reúne vaqueiras y vaqueiros, vecinos y visitantes de diferentes regiones. También, es un altavoz y un escenario para la cultura, que resiste el paso de los siglos sin resistirse a la modernización. 

“Estoy encantada y muy sorprendida con la distinción. Siempre me he sentido orgullosa de mi ascendencia vaqueira por parte de mi abuelo paterno, Ladislao Riesgo, una persona emprendedora que nació en Brañaivente, en el concejo de Salas, en 1908”, confiesa Inma. Química de formación y profesión, es también, desde hace algo más de dos años, la gerente de la empresa familiar Embutidos La Unión, con sede en el pequeño pueblo de Malleza. 

Inma Riesgo, gerente de Embutidos La Unión, a las puertas de la fábrica en Malleza

Inma Riesgo, gerente de Embutidos La Unión, a las puertas de la fábrica en Malleza / Á. R.

“Mi abuelo era el penúltimo de ocho hermanos de una familia que vivía del ganado y de la compra-venta de jamones. A los 18 años salió de casa y comenzó a dedicarse a la compra- venta de ganado, llegando a formar parte de una compañía de siete  u ocho tratantes, de la que era el responsable. A los pocos años fundó una primera fábrica de embutidos en Pravia”, explica Riesgo. 

Su abuelo Ladislao, al lado de quien recuerda también su primera Vaqueirada en Aristébano, sería más tarde uno de los fundadores de Embutidos La Unión. La compañía que, con alrededor de una veintena de trabajadores, mantiene la esencia del mejor embutido (sin gluten ni aditivos) y “que me ha unido especialmente a estos orígenes vaqueiros”, confiesa Inma. “Realmente creo que mi abuelo estaría encantado, tanto por la distinción como Vaqueira de Honor, como porque sea quien actualmente dirija la fábrica de embutidos”, añade.