Fallece Jesús Fernández, histórico médico de Cornellana: «Era de las pocas personas que se trataba de ‘don’ por respeto y agradecimiento»

El profesional muere a los 93 años, tras una vida dedicada a la atención de los enfermos en su propia casa

Jesús Fernández, en una imagen de archivo.

Jesús Fernández, en una imagen de archivo. / J. F.

Ángela Rodríguez

El pueblo de Cornellana y todos aquellos que alguna vez se dejaron cuidar por sus manos lloran hoy al médico Jesús Fernández. Histórico profesional, siempre amable, que falleció esta tarde a los 93 años de edad. "Atendió a la gente toda la vida en su casa. Es alguien muy respetado y querido", cuentan en la zona, donde la longevidad de Fernández no resta a la pena de despedir a "un hombre bueno".  

"Era una persona muy querida, y ya de las pocas personas a las que se trataba de Don. Porque para toda Cornellana no era Jesús, era Don Jesús por el respeto y el agradecimiento que siempre se le tuvo y tendrá en el pueblo", destaca David Valiela, vecino de Cornellana. Con cariño recuerda cómo Jesús ayudó a su padre cuando sufrió un infarto, a pesar de no estar de servicio. "No escatimaba para ayudar a sus vecinos", asegura. 

"Coincidí con él en mi época de farmacéutico rural en el botiquín de Malleza, en la década de los noventa. De aquella los médicos trabajaban 24 horas y recuerdo despachar recetas de Jesús a las tres o cuatro de la mañana, teniendo que ir él a pie a alguna braña. Era muy afable", apunta Paulino Lorences, también exconcejal y antiguo hostelero de Salas. 

De Fernández recuerda también sus tertulias en la popular Casa Grana, "era un gran jugador de cartas", y también "que compraba las toallas por kilos". "Eso me contaba él, porque hay que darse cuenta de que antes no había hospital en Cangas del Narcea. Las parturientas, la mitad de las veces no llegaban a Oviedo y parían en Cornellana. Todo ha cambiado mucho", destaca Lorences, sobre los tiempos pasados que le tocaron a Fernández. 

El cadáver será recibido este viernes, a las cinco de la tarde, en la iglesia parroquial de San Juan, en el real monasterio de San Salvador de Cornellana, donde se celebrará el funeral de cuerpo presente y, acto seguido, recibirá cristiana sepultura en el cementerio parroquial.