Opinión

Un símbolo de Asturias, un motor de innovación

El HUCA puede contribuir de manera decisiva a impulsar una nueva economía vinculada al conocimiento y a crear empleo de alta calidad

Faustino Blanco, exconsejero de Sanidad del Principado y director de la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria del Principado de Asturias (FINBA) 

El nuevo HUCA cumple este año su primera década, lo que representa una oportunidad ideal para reflexionar sobre el desarrollo de una sanidad de calidad, diseñada para satisfacer las necesidades en salud –actuales y futuras– de la sociedad. La evolución del HUCA en estos diez años refleja los logros alcanzados y ofrece una perspectiva para los desafíos venideros.

Señalan los expertos que nuestra posición en sanidad es muy importante, siendo un factor que contribuye a atraer talento del exterior y a retener el local. La calidad de vida y la seguridad personal, otros dos aspectos en los que gozamos de cierta fortaleza, también pueden actuar como imanes, por lo que deberíamos afrontar sin dilación lo que se pueden considerar cambios necesarios para movernos en un entorno de competitividad global entre los países más desarrollados.

La responsabilidad pública conlleva desplegar, en un escenario de recursos limitados, políticas que fomenten un compromiso claro con el mantenimiento de las competencias profesionales, la calidad de los servicios, la disposición a la transparencia en la toma de decisiones y la rendición de cuentas ante los ciudadanos. Un enfoque correcto sería aplicar normas que refuercen el "buen gobierno" de lo público, procurando instrumentos ágiles de gestión y con asignación de responsabilidades según capacidad, experiencia científico-técnica y gestora adquirida sobre el Sistema Nacional de Salud, que, por supuesto, debe seguir manteniendo el principio de proporcionar una atención universal con financiación pública basada en necesidades, en una sociedad justa y con plena garantía de calidad y equidad.

Se necesitan políticas de personal que discriminen a quienes más y mejor trabajan

Valores como la honradez y la responsabilidad en la toma decisiones, la confianza que se debe transmitir a la sociedad, el respeto a las personas en aspectos tales como la calidez en el trato, la equidad y justicia, son razones suficientes para adentrarse en los cambios que sitúen la función directiva del sector en una justa rebeldía ante la realidad.

El nuevo HUCA puede contribuir decisivamente a impulsar una nueva economía vinculada al conocimiento, creando empleo de alta calidad, y hacerlo en un entorno de innovación capaz de contribuir a transformar nuestro tejido productivo y a generar un conocimiento valioso para la industria más innovadora. Sin embargo, el nuevo HUCA no es una estructura suficiente. Se tiene que acompañar del Nuevo Hospital Universitario de Cabueñes (Gijón), sin olvidar al conjunto del sistema sanitario asturiano como un entorno funcional global que trabaja en red para maximizar el conocimiento generado.

El Servicio de Salud del Principado (Sespa) también debe seguir en su empeño para impulsar una Atención Primaria renovada, pues existen propuestas ampliamente acordadas con las sociedades científicas y los profesionales que, además de ser económicamente financiables y factibles, son socialmente exigibles y adaptables a los diferentes territorios. Se trata de imprimir un cambio diferente y para este tiempo, actuando sobre aquella otra reforma que comenzó en enero de 1984.

Todo el sistema y su entorno tiene que ser generador o tractor de investigación e ideas innovadoras. De no ser así, encontraremos dificultades para poder llevar al mercado el conocimiento generado. La validación clínica de soluciones diversas, tanto desde el punto de vista de viabilidad, como de seguridad y efectividad de dichas soluciones, no sólo están facilitando la posibilidad de incorporar nuevos procesos y tecnologías innovadoras en el sistema, sino que también promueven la creación de start-ups y atraen empresas o entidades del sector sanitario. Además, por supuesto, aparece la cocreación en un entorno que promoverá el desarrollo de una industria avanzada, en modelos de colaboración público-privada, generando ventajas competitivas que impulsan la búsqueda de soluciones con las que todos ganemos en su desarrollo: eso que se denomina "ciencia para la sociedad".

Y en el conjunto de la sanidad asturiana, el HUCA está diseñado y encierra en sus filas suficiente talento como para convertirse en ese motor generador de innovación e investigación de excelencia, formación y desarrollo clínico asistencial como para consolidarse como uno de los mejores hospitales de este país y uno de los símbolos de Asturias.

En este tiempo nos estamos enfrentando a otros desafíos de especial relevancia, como la aparición de nuevos medicamentos y su sostenibilidad futura en el sistema sanitario público, lo que, sin duda, requerirá de liderazgo y visión compartida. La convergencia de tecnologías digitales y biológicas nos introducen en estas modificaciones claramente disruptivas en la atención sanitaria. Esta nueva realidad, por sí misma, es capaz de impulsar la innovación futura en el ámbito tecnológico, pero también en el no tecnológico, al implantar nuevos procesos y la reorganización de todo el modelo asistencial con un enfoque diferente que tiene que objetivarse en la Asturias sanitaria.

La pandemia de SARS-CoV-2 demostró la capacidad del sistema sanitario para adaptarse y cumplir su función con rigor y responsabilidad. Sin embargo, ahora toca superar la crisis estructural de modelo para afrontar nuevos paradigmas de la sanidad, nuevos perfiles y competencias profesionales. El avance responsable de la capacidad profesional de autorregulación, la definición de estándares de calidad y la práctica de la medicina basada en el valor son objetivos esenciales.

La organización deberá reconocer adecuadamente el trabajo de los profesionales, principal activo de conocimiento y casi únicos facilitadores de una nueva cultura organizativa donde deberá estar siempre presente la responsabilidad compartida. Si perdemos esta oportunidad, podría ser la última.

Finalmente, resulta imprescindible revisar la actual configuración de los hospitales comarcales asturianos, inspirados en una concepción superada que los definía como organizaciones cerradas sobre sí mismas. En general, todos son buenos hospitales, accesibles, con una calidad más que elevada para su tamaño y función, pero que hoy carecen de sentido en su concepción como hospitales autosuficientes, y precisan cambios que faciliten compartir servicios, personal, manteniendo su singularidad, pero trabajando en red para mejorar la calidad.

Esta organización en red de intercambio mutuo es la que puede mantener e incrementar el alto conocimiento de nuestros profesionales, porque hoy sabemos que, si bien la calidad depende del conocimiento, también depende de la experiencia y, en consecuencia, del volumen de procesos atendidos. El intercambio continuo de conocimiento en red entre los centros hará posible que los centros más pequeños puedan disponer de una atención especializada de mejor calidad para abordar con garantías enfermedades menos frecuentes.

En definitiva, debemos modernizar las estructuras, simplificarlas, eliminar disfunciones, maximizar el tiempo de rendimiento ordinario de las instalaciones y procurar establecer políticas de personal que discriminen a quienes más y mejor trabajan. Un modelo de mayor autonomía profesional, una organización más horizontal y eficiente, que busque la excelencia clínica, la transparencia, el análisis por resultados y el diálogo profesional.

Un cambio que evite que el sistema consuma más recursos de los que realmente precisa (eficiencia interna). Esto lo hará más fuerte y será su mejor garantía de futuro. Hemos de hacerlo. Pero digamos con rotundidad: reordenar nunca es suprimir.

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