El Universo cabe en un aula: "No hace falta ser astronauta para investigar el espacio"

Ramón Hevia, investigador del ICTEA, ofreció una charla a más de cuarenta niños de Primaria del Colegio Hermanos Arregui de Pola de Siero

Ramón Hevia, investigador del ICTEA, en un momento de su charla en el colegio Hermanos Arregui de Pola de Siero.

Ramón Hevia, investigador del ICTEA, en un momento de su charla en el colegio Hermanos Arregui de Pola de Siero. / Lucía Rodríguez

Lucía Rodríguez

Se llama Ramón Hevia, es natural de Avilés, y trabaja como investigador en el Instituto de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias (ICTEA), creado en 2019. Sin embargo, no es físico, ni matemático. Ni astrónomo. "Soy arquitecto, pero siempre me he dedicado como profesional de la arquitectura a la divulgación de las Astronomía y de las Ciencias del Espacio", explica. Con esa experiencia, Hevia entró en la Universidad de Oviedo, por un lado para trabajar en el ámbito de la divulgación y, por otro, para investigar en proyectos relacionados con el espacio exterior más cercano a la Tierra.

"El mundo de las Ciencias del Espacio está cambiando mucho y, actualmente, se están desarrollando muchas tareas de minería aeroespacial", explica. "Hay muchos ingenieros de minas buscando cómo trabajar en el campo de los asteroides, por ejemplo", dice. Este arquitecto asegura que "ramas como la Medicina, la Enfermería e incluso la Psicología se están relacionando mucho con este tema y se están abriendo nuevos ámbitos de posibilidades para otras carreras que, en principio, no están relacionadas con el espacio". Y de esto, entre otras muchas cosas, es de lo que les habló a un grupo de más de 40 alumnos, de entre nueve y diez años, del Colegio Público Hermanos Arregui, en Pola de Siero.

Al centro educativo acudió hace ya unos días con motivo de la celebración de XXII Semana de la Ciencia y la Innovación del colegio. En su charla, "La conquista del Espacio. Una realidad cada vez más cercana", Ramón Hevia quiso incidir en que "no va a hacer falta que les gusten las matemáticas o la física para trabajar en algo relacionado con las tecnologías espaciales". "Les hablo de todo aquello que esté relacionado con los avances a breve plazo, algo en lo que, probablemente, muchos de ellos trabajarán en un futuro y que nosotros ahora solo empezamos a vislumbrar", señala. Siempre, claro está, teniendo en cuenta la edad de los oyentes. Por eso, una de las claves para que ellos lo entiendan es "dejar que sean los niños los que llevan la charla, limitarme a que me cuenten qué quieren saber para intentar responderles y, a la vez, generarles nuevas preguntas".

La evolución de las estrellas, los viajes a Marte o los agujeros negros son algunas de las cuestiones que más curiosidad les suscitan. "Aunque la pregunta estrella es si hay vida en otros planetas o si alguna vez hemos visto algún extraterrestre", señala el avilesino.

Para los menores, que se muestran curiosos y participativos, este tipo de inciativas tienen una repercusión muy positiva. Isabel Rodríguez, una de las tutoras del centro educativo, explica que "el contenido de los libros no suscita tanta curiosidad como el hecho de tener a una persona, como en este caso es Ramón Hevia, que les resuelva todas las preguntas que tienen y para las que a veces no encuentran respuesta, ni siquiera en internet".

La docente asegura que "el hecho de que se ilusionen por la ciencia y que les apasione es algo positivo y que tendrá una gran repercursión para los niños en los cursos más avanzados".