Los solteros plantan el álamo en la Pola por San Juan... y los casados plantarán el roble en un tiesto por San Pedro

Enrique Meoro anuncia que "Amigos del Roble" protestará de forma simbólica por los retrasos y devoluciones de subvenciones municipales

Bastaron apenas veinte minutos para que el álamo quedara de pie en Les Campes, en el corazónde Pola de Siero que sigue guardando alguna de las tradiciones de más raigambre del concejo. Y una de ellas es precisamente esa: el corte, traslado y levantamiento de un ejemplar por parte de los solteros de la villa en la noche de San Juan. Con ello se da un "desafío" a los casados, que plantan por su parte un roble en la noche de San Pedro. Pero este año, la costumbre se verá interrumpida por la protesta del colectivo de "Amigos del Roble".

Su presidente, Enrique Meoro, ha avanzado que no habrá plantación por parte de los veteranos como se venía haciendo desde tiempos inmemoriales. "Plantaremos un roblín pequeño en una maceta, para no romper del todo con la tradición, pero no será como siempre porque queremos sumarnos de este modo a las quejas del resto de asociaciones del concejo que o no han recibido las subvenciones municipales este año o que han tenido que devolverlas", indica. Ellos mismos han sido perjudicados por los reparos de intervención, y han tenido que adelantar dinero para algunas de sus actividades. Por eso, este año el roblón se quedarán en roblín, y en un tiesto. Las que se esperan igual de "picantes" serán las "Sampedraes" que siempre dedican a la actualidad, los versos con mensaje dirigidos a mandatarios y personajes de Siero.

En la velada de ayer se sumaron a la fiesta cientos de personas, animados por música en directo en la plaza y una noche de buenas temperaturas para seguir las evoluciones de los solteros. El árbol, de más de diez metros de altura, fue cortado ya por la mañana, y la maniobra se redujo a izarlo en su sitio, tirando con cuerdas para estabilizarlo, ayudándose con escaleras y apoyos.

Jaleados por la multitud, sudaron lo suyo para subirlo, pero todo salió según lo previsto y no hubo ningún sobresalto como sucediera en algunas ediciones anteriores, con el árbol balancéndose y cayendo al suelo. Una vez en pie, los jóvenes le colocaron el cantar de San Juan, escrito sobre varios cartones para seguir la tradición.

Antes hubo hoguera, a la que se colocó un muñeco encima ataviado con casco de ciclista, y las chispas subieron hacia el cielo anunciando que la Pola ya está en fiestas, y que el verano será largo y divertido.