La Asociación de Samartino de Vega de Poja (Siero) homenajea a sus mayores

Maximina Cosío Vigil, Amparo Valdés Rodríguez, Amado Molleda Valdés y Adela Menéndez Fonseca recibieron unos detalles por parte del Ayuntamiento y la junta directiva del colectivo vecinal

Vega de Poja homenajea a sus mayores.

Lucía Rodríguez

Lucía Rodríguez

"Tienes que hablarle alto, porque casi no oye". Es la recomendación del marido de Maximina Cosío Vigil. Natural de Vega de Poja, concretamente de San Martín, pasa de los 84 años y un ictus ha hecho mella en su memoria. Espera pacientemente en una silla a recibir, junto a otros tres vecinos más, el reconocimiento por parte de la Asociación de Vecinos de Samartino, de su localidad natal. A pesar de que sus recuerdos hoy están un poco borrosos, asegura que "yo dediqué toda mi vida a trabajar en el campo, como si fuera un hombre más". La acompañan, además, su único hijo y sus dos nietos, a los que lanza besos sin parar en un día que para ella, es especial. "Estoy muy contenta", repite.

El acto, que tuvo lugar en un restaurante de la parroquia sierense, rendía homenaje también a Amparo Valdés Rodríguez, Adela Menéndez Fonseca y Amado Molleda Valdés. Este último, que continúa residiendo en Careses, se dedicó toda su vida a la ganadería y la agricultura. "Con 19 años empecé a trabajar en una granja escuela que había en Pola de Siero y allí estuve durante veinte años, hasta que se la cedieron al Mercado de Ganados del Ayuntamiento de Siero y pasé a trabajar en Oviedo hasta que me jubilé". Con su mujer, Encarnación Solís, tuvo dos hijos y actualmente tiene tres nietos que "me dan la alegría", subraya.

Al acto, al que también acudieron el alcalde de Siero, Ángel García, y los concejales Ana Nosti y Pergentino Martínez; asistieron alrededor de 70 personas, entre familiares, amigos y miembros de la junta directiva de la asociación. Una jornada, como reconocen los homenajeados, "para disfrutar en familia que, al final, es lo que uno tiene para siempre".