Siero refuerza los planes para erradicar las chabolas y que "no quede ni una en Granda"

Más de una docena de familias de la Sierra han pasado de situaciones de infravivienda a inmuebles de protección en los últimos años

Imagen de archivo de varios residentes de Granda firmando las solicitudes del salario social en el despacho de Alcaldía.

Imagen de archivo de varios residentes de Granda firmando las solicitudes del salario social en el despacho de Alcaldía.

Más de una docena de familias de etnia gitana de la Sierra de Granda (Siero) han pasado de vivir en chabolas a hacerlo en viviendas de protección en la última década. Son datos "muy positivos", fruto del trabajo de años desde el Ayuntamiento y a través de varias entidades sociales, y que culminará, según señala la concejala de Políticas Sociales y Atención a las Personas, María José Fernández, con "la erradicación total del chabolismo".

Esa es la meta que se marca el gobierno municipal sierense después de lustros de labor sobre el terreno con un equipo de educadores y técnicos que han ido logrando un cambio de actitud hacia lo conveniente para estas familias, especialmente las que tienen hijos pequeños, de residir en un modelo de vivienda normalizada. En la actualidad, en la Sierra quedan apenas siete chabolas. Otras dos son consideradas como infraviviendas por no contar con las comodidades mínimas, y el resto son 28 viviendas de protección gestionadas por la entidad regional Vipasa.

Es la culminación a un esfuerzo que el Ayuntamiento canaliza en la actualidad a través de dos entidades: Nómades y Mistós, que trabajan sobre el terreno con varios programas de integración, educación y apoyo a las familias de la comunidad. Ahora, hace solo unos días, acaban de publicarse las bases reguladoras de subvenciones a entidades sin ánimo de lucro para la realización de proyectos y actividades para la incorporación social de la población de etnia gitana en situación o riesgo de exclusión social en el municipio de Siero, con un importe de 49.000 euros en régimen de concurrencia abierta, para que las entidades puedan seguir desarrollando su trabajo.

A través de estas subvenciones se pondrán en marcha acciones en el marco comunitario con los agentes sociales del territorio con el objetivo de potenciar el conocimiento y el acceso de los usuarios a los recursos sociales normalizados, además de realizar labores de mediación escolar, favorecer la promoción integral de los menores de hasta tres años, apoyar la inserción socioeducativa y la promoción del alumnado. También para acompañar y motivar a las familias en el proceso educativo de sus hijos a fin de garantizar la permanencia y aprovechamiento de su escolarización, procurar la prevención y la atención de la salud para mejorar la calidad de vida de las familias.

Del mismo modo, también se persigue fomentar el tránsito exitoso hacia viviendas normalizadas, promoviendo convivencia vecinal y relaciones con el entorno adecuadas para favorecer la cualificación y la inserción laboral de las personas en situación de riesgo o exclusión social, en especial de mujeres y jóvenes. Se trabajará además a lo largo del año en contribuir a eliminar los prejuicios hacia la comunidad gitana, fomentando la convivencia intercultural, así como en la promoción de los derechos de las mujeres gitanas.

Con todo ello el balance es "positivo", señala María José Fernández, con hitos como talleres de teatro o la asistencia de medio centenar de personas a las actividades organizadas en Pola de Siero con motivo del día de los derechos de los niños.

En la actualidad hay escolarizados once niños en el colegio de la Sierra de Granda, pero "hay muchos otros repartidos entre colegios de Colloto, Viella, Lugones y la Pola". El reto, explica, pasa por hacer que los pequeños sigan en el sistema educativo para completar su formación. Para ello "nuestro personal los apoya en todos los ámbitos, por ejemplo a la hora de solicitar becas para libros y material escolar, es fundamental evitar el abandono temprano de las aulas", indica la concejala Políticas Sociales y Atención a las Personas.

La Sierra cuenta en la actualidad con un centenar de habitantes, de los que 84 residen en las viviendas públicas y 16 lo hacen aún en chabolas. Pero el año pasado hubo hasta tres realojos de familias jóvenes en casas de protección en el mismo concejo de Siero, y eso da una pista al área de Políticas Sociales sobre lo que debe ser el trabajo a futuro: "Seguir insistiendo en la labor integradora hasta hacer que no haya ninguna chabola en Granda".