Folixas con solera

Toda Asturias cabe en el Carmín de la Pola, la reina de las fiestas de prau (que arranca este jueves)

La ermita y el castañéu que dieron origen a la fiesta desaparecieron hace más de dos siglos, pero nada puede con una romería que es la cita ideal de pandillas y familias

La peña Los Cascaos encabeza el desfile camino del prau en una edición  anterior.

La peña Los Cascaos encabeza el desfile camino del prau en una edición anterior.

Dice Loreto García, propietaria de la sidrería La Madreña de Loreto, en Pola de Siero, que el acto central de las la fiestas del Carmín (que empiezan este jueves con el pregón de Siero Musical) bien puede decirse que "ye la romería más grande de Asturies. Lo digo sin miedo a equivocame. Porque hubo años que se llegaron a juntar en el prau de La Sobatiella más de 30.000 personas", explica esta polesa y reconocida escanciadora –fue campeona de Asturias del Concurso de Escanciadores en 2009 y, excepto Gijón, "que se le resiste", ganó tambien todos los locales–. García sostiene que a lo largo de su historia la procesión de romeros camino de la jira, comandada por las dos peñas polesas, Los Pepitas y Los Cascaos, tuvo diferentes recorridos debido al crecimiento urbanístico ocurrido en Pola de Siero.

Así, pasó del Castañéu Llanu, la finca donde están las escuelas, al prau de la Venta la Uña; y tras un paso breve por una finca de la carretera de Gijón se ha pasado a la sede actual en los campos de La Sobatiella, junto al mercado de ganados.

Este año los festejos comienzan hoy y finalizan el día 22 con la multitudinaria jira, a la que hay que ir, como mandan los cánones, con vaquero, camiseta blanca y pañuelo azul

Como un rito cada año, el lunes después de la festividad del Carmen, las peñas de Los Pepitas y Los Cascaos comandaban la subida y bajada de los romeros. "Si un año tocaba iniciarla a los Pepitas, estos eran los que encabezaban la subida a partir de las cinco de la tarde y detrás todo el mundo; y cerrando, nosotros, Los Cascaos. Y para la bajada, sobre las diez de la noche, era a la inversa: nosotros encabezábamos la bajada y cerraban los Pepitas. Íbamos variando cada año. Desde hace unos años los Pepitas ya no continuaron y ahora somos Los Cascaos los que nos encargamos de encabezar subida y bajada", rememora Loreto. Y es que cientos y cientos de personas, pertrechados de tortillas, empanadas, bollos preñaos y lo que haga falta para disfrutar de una merienda que terminan compartiendo muchos, subían y suben hasta La Sobatiella al ritmo de las charangas y los grupos que llegan de diferentes lugares de Asturias para animar la romería más espectacular, en cuanto al número de participantes, que ha que vivirse una vez en la vida.

"No solo viene gente de Siero; es que viene gente de toda Asturias y de muchos lugares de España e incluso del extranjero. Empiezas a invitar a la fiesta a unos amigos, estos a su vez avisan a otros y estos también a otros y llegan a contarse por miles entre grupos familiares y jóvenes", dice Loreto hablando con pasión de una romería en la que ella no para de escanciar sidra en una madreña, junto con otros compañeros, a cuantos participan, bailando y cantado, en el desfile.

Volviendo al origen

A la izquierda, ambiente en el Carmín, subiendo con la comida al prau, en 1968 y un desfile durante las fiestas, en una imagen de los años setenta. En el centro, cartel anunciador de las fiestas del Carmen y Carmín en la Pola en 1948, cortesía del Muséu del Pueblu d’Asturies. A la derecha, Loreto García posa en el «Monumento al Carmín», justo en el lugar donde en 1695 se levantó la ermita a la Virgen del Carmen y jóvenes y familias enteras, en el prau de la fiesta, en La Sobatiella, disfrutando del Carmín.

A la izquierda, ambiente en el Carmín, subiendo con la comida al prau, en 1968 y un desfile durante las fiestas, en una imagen de los años setenta. En el centro, cartel anunciador de las fiestas del Carmen y Carmín en la Pola en 1948, cortesía del Muséu del Pueblu d’Asturies. A la derecha, Loreto García posa en el «Monumento al Carmín», justo en el lugar donde en 1695 se levantó la ermita a la Virgen del Carmen y jóvenes y familias enteras, en el prau de la fiesta, en La Sobatiella, disfrutando del Carmín. / LNE

El origen de El Carmín, declarada fiesta de interés turístico regional, se remonta a 1695. Por aquel entonces dos vecinos polesos, Andrés Quintanal y su mujer María García, decidieron homenajear a la Virgen del Carmen con una ermita, en pleno centro de La Pola. Les costó 12.000 reales y la levantaron en un castañal al lado del camino que seguían los peregrinos. Hoy puede verse donde fue su ubicación exacta, ante el "Monumento al Carmín", en la plaza de Les Campes, donde una placa lo recuerda.

La capilla, que se construyó a finales del XVII, acogía cada domingo siguiente al 16 de julio tres misas en honor de la Virgen. También había procesiones y bailes. Empezó a ir tanta gente que decidieron que había que hacer una segunda fiesta el martes coincidiendo con el mercado, así que allí llegaban con sus empanadas de anguila, tortillas y otros platos para degustar tras el oficio religioso. Al anochecer, y tras bailar la danza prima, la gente volvía a sus hogares.

La capilla, donde reposaban los restos de sus fundadores, y el castañeo desaparecieron durante una incursión de los franceses entre 1808 y 1814, en la Guerra de la Independencia –se cuenta que la campana de la ermita se fundió para una nueva iglesia–. Sin embargo, ello no impidió que muchos continuaran acudiendo a festejar el Carmín a La Pola, a lo largo de los días de fiesta programados y, especialmente el día de la jira al prau de La Sobatiella. En los años 80 nació en la calle Florencio Rodríguez la costumbre, que se mantiene hasta hoy, de echar desde balcones y ventanas agua a los romeros que vuelven del prau, y que la demandan al grito de "¡agua, agua!".

Este año los festejos del Carmín comienzan hoy y finalizan el día 22 con la multitudinaria romería a la que hay que ir, como mandan los cánones, con pantalón vaquero, camiseta blanca y pañuelo azul al cuello. Y si hay sed en el trayecto, ahí estará Loreto García escanciando sidra con la maestría que la caracteriza. ¡Viva el Carmín!

Descubrir el entorno

Donde todo comenzó

Es la plaza Les Campes, lugar de visita obligada para los amantes de la sidra, lleno de ambiente y con numerosos establecimientos donde disfrutar de lo bueno que allí se cocina. Los danzantes señalan el lugar donde empezó el Carmín.

Pasarse por su mercado

Es otra opción para tener en cuenta. Se celebra el martes. La villa tiene fama de tener un mercado excepcional en cuanto a productos del campo se refiere. También da gusto darse un paseín por las calles polesas.

Las carrozas de Valdeso

Es uno de los actos estrella de las fiestas de San Félix, en la localidad sierense de Valdesoto. La originalidad de su construcción y su temática, todo hecho por sus vecinos, es increíble. Este año será el 12 de agosto.